Jornadas de Investigacion Educativa, UPEL-IMPM, Valera.
Mesa redonda electrónica organizada por Froilán Fernández
"Impacto de las nuevas Tecnologias en la Educacion. ¿Estamos Preparados para el futuro?"


La lección de Funes

Eloy Cano Castro
(mayo 1997)

En los tiempos que corren resulta difícil encontrar argumentos en contra del impacto de la tecnología en la educación. Eso se debe, a mi entender, a la fuerza persuasiva que los medios 'de comunicación' han venido mostrando y que se manifiesta en la globalización de mercados, reducción de diversidad linguística y cultural (gringuismo) etc.; es decir, en la 'educación' de la población mundial.

Indicador de esa reducción en la diversidad, -que es considerada como nefasta por los países desarrollados cuando se refiere a la naturaleza-, es quizás la velocidad percibible en la difusión de innovaciones técnicas, que se acerca casi a lo instantáneo.

La moda "globalizacional" se fundamenta en buena medida tanto en la mejora técnica de los aparatos comunicacionales como en la consolidación de un poder que domina la fabricación y distribución no sólo de los aparatos sino de los contenidos que esos aparatos transmiten. Dado que la acentuación de las desigualdades es uno de los aspectos más fácilmente predecibles, es dudoso que la técnica, dirigida desde los países más avanzados, vaya a mejorar las condiciones de vida de la mayoría creciente que no tiene acceso a ella, o que sólo tiene acceso al desecho técnico de aquéllos. No queda claro si es este el destino que espera a la humanidad, manifestación suavizada del big brother orwelliano.

El 'éxito' del impacto técnico se puede evidenciar en la avalancha de información disponible para quienes disponen de los aparatos convenientes. Se crean de esta manera lo que podemos llamar espacios informacionales con características propias de distribución y calidad. Por una parte, es notoria la existencia de desigualdades importantes -también en esto- entre estratos socioeconómicos. Por otra, no está clara cuál es la demanda 'natural' de información de la población. Queda por constatar cómo la conformación de una sociedad se relaciona con la distribución de la información que en ella existe o que ella recibe.

La orientación comercializadora -que trata, y muchas veces logra, confundirse con los contenidos informacionales- conduce además a una trivialización que dificilmente puede llamarse educación: novedad constante -por la novedad-, juego, compra, compra, ...

A los países que no tienen posibilidad de competir en la producción de medios técnicos, ¿qué camino les queda?

Funes el memorioso, en el conocido cuento de Borges (c. 1945) no sólo recordaba todo lo que había vivido, sino que recordaba las veces que lo había recordado. El resultado: inacción.

Aunque suene paradójico, creo que la vía para contrarrestar el inmenso volumen de información que nos acosa, es producir más. Información de nosotros 'los subdesarrollados' y hacia nosotros. Con nuestros intereses, diversos como puedan ser, sobre nuestras necesidades, que son ingentes. Esto implica un trabajo con orientación solidaria que no depende de dirigencias cuestionadas, que no depende de créditos internacionales y de "grandes proyectos", cuyo resultado habitual es el notorio enriquecimiento -monetario- de los contratantes; que depende fundamentalmente de quienes están (o estamos) en posición de influir en la producción intelectual del país.

Puede que estemos preparados para el futuro, pero hay que construirlo.



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