la cuestión

vehículo de opinión universitaria, 11 de octubre de 1995, NUm. 17

Contenido


La noticia

Adalberto Rodríguez R.

La advertencia de D.F. Maza Zavala en relación al posible derrumbe total de la economía venezolana, generó escalofríos y sudores. Fue terrorífica, para quienes entienden el problema, la sentencia del conocido economista y para los que no lo entienden sí causa preocupación el hecho de que volvamos al Fondo Monetario Internacional a pedir ayuda. Algunos sectores ven en el FMI la Unica salida a la actual situación, pero otros consideran que sólo se trata de ilusiones, como ilusiones deben ser las aspiraciones de quienes riegan rumores a lo ancho y largo del territorio nacional para tratar de provocar una insurrección popular y llevar al país al caos. Como en los tiempos de la Alemania de Hitler, en nuestro país se viene usando la técnica del rumor para generar pánico en la población. Que se sepa, sólo la creación del Mundo, de acuerdo a los relatos bíblicos, ha surgido con buen pie del caos. El resto de la historia se ha construido sobre la base, con errores y aciertos, de la inteligencia y el trabajo del hombre.

En un segundo intento, con asistencia de unas treinta mil personas, se llevó a cabo la marcha universitaria. El reclamo de profesores y estudiantes se hizo sentir por las calles de Caracas a través de miles de voces y, salvo la incursión de saboteadores, se puede afirmar que la protesta tuvo Exito y además tuvo eco. Por una parte el Ministro de Educación reiteró la oferta gubernamental de 85.422 millones para las universidades, de los cuales se pagarían este año Bs. 30.460 millones y el resto en el transcurso del próximo año. Simultáneamente, en Maracaibo, los vicerrectores administrativos analizaban el asunto y recomendaban a los gremios aceptar la propuesta del gobierno, algo así, como "agarrando aunque sea fallo". Ahora falta saber qué decisión tomará la dirigencia y se espera, por lo menos que en esta oportunidad la masa profesoral sea consultada.


Equidad y justicia

José Luis Yánez A.

El conflicto universitario trae de nuevo al tapete la homologación, como una bandera de lucha. En este sentido debemos fijar posición, ya que una supuesta relación de igualdad, no siempre obedece a un sentido de equidad.

Los profesores universitarios tienen un escalafón, por el cual reciben un determinado salario, es decir, sus sueldos están homologados.

SABEMOS que el docente debe cumplir con un período de permanencia en una categoría, presentar y aprobar un trabajo de ascenso para llegar a un determinado escalafón.

TAMBIÉN SABEMOS que profesores con el mismo escalafón no tienen la misma dedicación al trabajo. Hay docentes que además de sus compromisos institucionales, tienen una permanente preocupación por su superación profesional, lo cual se traduce en el nivel académico que poseen y se evidencia en la calidad de sus trabajos. Son individuos que no se niegan a dirigir una tesis o servir de jurado en Areas de su competencia. Otros profesionales sencillamente no tienen la misma voluntad de servicio. Este planteamiento se presenta como un ejemplo. Esta situación la viven todas las universidades. Serán esas mismas instituciones las que apliquen los correctivos pertinentes.

En relación a las instituciones de educación superior, el criterio para la asignación presupuestaria debe de estar en función de la obra de esas casas de estudio. La universidad debe ofrecerle respuestas al país en aspectos como los siguientes: planes de trabajo, proyección de la investigación y extensión, carreras que ofrece y las necesidades del país. Esta serie de interrogantes se despejarían en una auditoría académica. Las instituciones de educación superior deberían estar de acuerdo.

El ejecutivo nacional ha manifestado a las diversas instituciones del estado dependientes del presupuesto nacional, que administren este recurso con un gran sentido de responsabilidad. En la USR, para citar sólo un ejemplo, no se le ha hecho caso al planteamiento del Jefe del Estado, y por el contrario se han incrementado los compromisos económicos. Se requieren recursos financieros para una supuesta reforma que dentro de sus matices incluye el de imponer una estructura administrativa que ya demostró que es inoperante. Se ha incrementado la burocracia fundamentalmente, para reemplazar al sector que tiene puntos de vista distintos al proyecto del rector.

Ante este panorama me hago dos preguntas: -¿tiene sentido que nos sumemos a la lucha para que se le incremente el presupuesto a la USR? -¿una acción de esta naturaleza estaría enmarcada dentro de la equidad y la justicia?


La Crisis de la Deuda Universitaria

José Luis García R.

A dos semanas del paro indefinido de profesores universitarios, cabe preguntarse: si una vez cancelada dicha deuda, y logrado cubrir las insuficiencias presupuestarias de la Universidades ¿acabará la crisis en estas instituciones?. Sin duda que la respuesta es no. Muchas son las causas de esta respuesta y la mayoría de los universitarios estamos conscientes de ellas, aunque tratemos de ignorarlas.

Sin tratar por ahora, los aspectos Eticos y de funcionamiento de la universidades, es necesario plantearnos otra gran verdad, que también tratamos de ignorar y que se refiere a que la economía del país ya no puede soportar algunos de los derechos y beneficios que disfrutamos los profesores universitarios. Uno de estos beneficios es el régimen de jubilaciones, al cual me referí en número anterior de esta misma publicación, y otro es la retroactividad de las prestaciones sociales.

El principal argumento con que cuenta la masa obrera del país, para luchar por la retroactividad, es la carencia de un adecuado sistema de pensiones y previsión social. En nuestro caso, profesores, empleados y obreros universitarios, después de una vida laboral muy corta, contamos al igual que nuestros familiares, de todos los beneficios del personal activo, tenemos una pensión del 100%, que se incrementa al igual que a los activos, disfrutamos de seguro de vida y hospitalización (HCM), los gastos médicos nos son reintegrados, es decir podemos mantener las mismas condiciones de vida y nuestra salud y la de nuestros hijos está garantizada; luego no tenemos el argumento de que las prestaciones, es lo Unico que nos queda después de nuestra corta vida laboral y es por esto que considero que es un error hacer de ella una bandera irrenunciable.

Llegó el momento de negociar para buscar salida a la crisis universitaria, defendiendo incondicionalmente las condiciones de seguridad social que estamos disfrutando y al mismo tiempo luchar por salarios justos e incrementos más frecuentes, al igual que ocurre con los servicios de luz, agua, teléfono, etc. La Universidad, si quiere salir de la crisis, tiene que dejar de querer actuar como los banqueros, los congresantes, o los militares, e indicar el camino por el cual debe transitar la sociedad venezolana, para lograr el desarrollo social del país.


Breves-USR

Héctor Freneites

Conflicto universitario nacional

Marcha

La marcha universitaria del 10 de octubre: un Exito total. ¿Los inconvenientes? Los mismos de siempre: saboteadores y la actitud provocadora de la Guardia Nacional cuando ya concluía la jornada.

Negociaciones secretas

A todos los docentes: la cláusula 15 de la actual Acta- convenio está siendo negociada con las autoridades: unos van a ser beneficiados y otros trasquilados.

Canoabo

Protección social


Mentiras verdaderas

Eloy Cano Castro

Un síntoma (¿o causa?) del presente fastidio nacional pudiera verse en la manera que tenemos -ya de puro habitual, entrañable- de hacer y recibir discursos.

El caso más notorio es el de los "políticos" en campaña. Convivimos en una especie de consenso que no toleraría la declaración real de los propósitos que tiene esta gente. Si un político hace su campaña declarando su intención real: poner a los amigos en los contratos, conseguir billete y relevancia para conseguir más, asegurar el futuro propio y familiar en un solo período de servicio, etc, se considería asqueroso... Pero si ofrece resolver problemas sociales, mejorar servicios etc, quizás consiga votos y apoyo. Aunque el cumplimiento de estas promesas está sujeto a una serie de circunstancias difíciles de lograr, lo que hará con seguridad será poner a los amigos en los contratos, etc....

En otro sentido, si una empresa o institución luce mal, cambie el logotipo, o el cartel, o la fachada, o haga una "reforma" aparatosa.... todo continuará igual....todo el mundo sabrá que sigue igual, pero siempre habrá elementos para decir que está cambiando.

Es difícil entender o al menos intuir el papel de profilaxis mental que cumple esta aceptación del eufemismo como estilo formal del lenguaje público (de muy otra manera hablamos en privado). El eufemismo es la comprensión cabal de la diferencia entre cosa y signo. (Al final toda palabra es eufemística en la medida que no llega a alcanzar a la "cosa").

¿Cómo hemos llegado a institucionalizar este modo de hablar, que ya de eufemismo pasa a mentira pura y simple? ¿Es herencia de la dictadura? (¿Se ha acabado la dictadura? )

Esta diferencia -sustancial, dicho con propiedad- entre discurso y obra es más notoria cuando se es ineficiente, simplemente se hace bulla....más apariciones en prensa pudieran entenderse como trabajo.

Así, en la misma tónica, en la USR hablamos de modernización para referirnos a la PARTIDIZACIÓN ESTATUTARIA, IRREVOCABLE, de la universidad. Hablamos de "reforma" para referirnos a la creación absurda de unas dependencias innecesarias (los "burocratos"). El problema de la USR no es presupuestario ¿podemos aceptar el discurso de las partes involucradas en el actual conflicto como nos es presentado? ¿Cuánto más aguantamos sin decir lo que pensamos realmente?


la cuestión, núm. 17, 11 de octubre de 1995
Aparece quincenalmente en versiones impresa y electrónica
Editor-director: Eloy Cano Castro - eloycanocastro@gmail.com

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