la cuestión:

vehículo de opinión universitaria, número 39, 25 de septiembre de 1996

Contenido:


La universidad que vamos siendo

José Miguel Cruces

"Venezuela era una isla y yo me la encontré..." Esta frase se le atribuye al Gral. J. V. Gómez, quien ejerció el poder en nuestro país como quizás nadie lo habia hecho hasta ese momento. Se me antoja que, con el "salvando las distancias" de por medio, algo parecido ocurre en nuestra Universidad Simón Rodríguez. El actual rector prácticamente "se encontró" a esta universidad, y está, de igual modo, haciendo un ejercicio del poder como más o menos nadie lo había hecho antes (como le da su real gana). Por supuesto que para "encontrarla" contó con cierta ayuda de la anterior rectora, una de las personas que, bien seguro, pasará a la historia de la educación venezolana por su "obra" en la USR; y no tan sólo por lo que hizo, sino, y sobretodo, por lo que nos dejó para continuarla.

El Dr. Pastrana ocupa -o por lo menos es lo que se propone- todo el espacio de la universidad; su presencia quiere estar en todos los rincones en una suerte de omnipresencia inducida a través de mecanismos cuidadosamente estudiados. Además, su "proyecto" es para muchos años. Se ha ganado hábilmente "los favores" de un alto porcentaje de los docentes de la USR. Ha dicho lo que mucha gente quería escuchar envolviendo su discurso tecnocrático de manual, con un supuesto ropaje académico; pero que en verdad no era -ni es- académico ni tecnocrático; es, sin dudas, un discurso político meridianamente pragmático.

La situación de atraso y desorientación en la que la anterior rectora dejó a esta universidad fue el mejor "caldo de cultivo" para su proyecto "modernizador". Un planteamiento simple aderezado con una bien estudiada simpatía personal atrajo a no pocos ingenuos quienes apostamos a construir por fin, una Universidad. Finalmente, ayudamos a construir una tramoya de poder y de control. ¿Cómo se hizo?

Primero, se eligió al resto de las "autoridades" que habrían de legitimarlo a él, y por esa vía a "su proyecto". Seguidamente se armó con especial cuidado un "collage" integrado por planes, misiones, estructuras, comisiones, visiones, consultorías, etc; todo ello vacío de contenido pero con un objetivo muy preciso: crear la sensación de cambio; un cambio gatopardeano cuyo objetivo real era la centralización de todo en torno a la personalidad del rector. La estructura que viabilizaría este objetivo sería el Movimiento (electoral) Simón Rodríguez, instrumento de corte estalinista creado para la cosecha y el control de los votos que servirán en adelante para legitimar institucionalmente el "proyecto". Bajo una práctica compulsiva de compra de favores, se reclutó a un alto porcentaje de docentes. Se "engordó" la nómina en más de un 30 por ciento bajo criterios escandalosamente clientelares. Seguidamente se pasó a la apropiación de los gremios y de la Caja de Ahorros. De cada uno de estos organismos, el rector se erige como jefe supremo para lo cual compra los favores de los testaferros de turno. Este hecho cierra un círculo, e inicia otro: la apropiación de la universidad. Esto último, lo más grave de todo, entraña la desvirtuación de la esencia universitaria. Ahí estamos ahora.

Lo que aquí se expresa escueta y dolorosamente parece la ficción de cualquier escribidor; sin embargo, es la realidad de la Universidad Simón Rodríguez; una realidad en la que hemos participado muchos, ya por acción, ya por omisión. Resta sólo una pregunta: ¿podrá algún día la Universidad Simón Rodríguez, ser una auténtica universidad luego de los daños estructurales que se le están haciendo?


Yo no tengo la culpa, voté por Chacón

Gregorio Valera Villegas

En los anales de la historia político-electoral venezolana puede encontrarse una frase llena de todo el buen humor que caracteriza al venezolano: "Yo no tengo la culpa, voté por..." con la cual se pretendía, además de ironizar un poco con los entuertos del gobierno de turno, salvar de toda la responsabilidad a quien la profería. En la Universidad Simón Rodríguez el 20 de marzo del corriente se realizó el proceso de consulta al claustro universitario para escoger el rector de la USR. Fue una oportunidad estelar para que los docentes y estudiantes ejercieran el derecho al voto. Este acto, de indiscutible importancia en la universidad venezolana, debió representar el momento para seleccionar una universidad académica distinta. Empero, lo que prevaleció en la mayoría del claustro fueron los intereses partidistas en función sectaria, las pequeñas ambiciones, los cerrados egoísmos de personas y grupos, y la postergación de la reafirmación del compromiso con la Universidad a través del proceso comicial.

A escasos cinco meses de aquella fecha, las "recompensas" por la decisión electoral no se han hecho esperar, y lo que durante la campaña se interpretó como "las denuncias de los desadaptados que están con la candidatura de Prudencio Chacón" hoy en día se están sintiendo con todo el rigor de los hechos. La USR atraviesa por una crisis académica, administrativa y financiera sin precedentes en su historia: la escasez de recursos producto de la desordenada administración del otrora rector- candidato y demás autoridades es una constante; el atraso en los pagos por concepto de sueldos y salarios al personal está casi formando parte de la cotididanidad; la insolvencia de la Universidad en sus compromisos contractuales, léase HCM, servicio médico, pagos pendientes por ascenso en el escalafón, jubilaciones; el declive acentuado de la calidad académica que se observa en la profunda deficiencia de la calidad del servicio, por falta de recursos mínimos para una labor docente y de investigación medianamente satisfactoria. Además las bibliotecas son extremadamente deficitarias, el papel y demás recursos para la elaboración de materiales didácticos y exámenes no se encuentra por ningún lado; el CDCHT, ente destinado al financiamiento de la investigación, hace tiempo que está paralizado, los laboratorios continúan en un estado de limitaciones y de carencias extremo. Entre tanto, se siguen escuchando los planes de bonanza sin límites de las autoridades, tal es el caso de los becarios en el extranjero que le cuestan a la Universidad decenas de millones de bolívares, sin que las mismas respondan a un proyecto serio de formación del recurso humano.

Ante tal situación, algunos ueserristas andan bravos, descontentos porque el sueldo en las últimas quincenas no llega completo, siendo la USR la única universidad nacional que no paga los nuevos sueldos.

Sin embargo, qué puede decirse de esta situación, que quienes no votamos por el rector-candidato teníamos razón, y que al menos nos queda el consuelo de haber presentado una candidatura distinta, la cual se constituyó en una verdadera opción alternativa, fundada en un liderazgo emergente, en un proyecto de renovación universitaria. ¿Cuáles eran en aquel momento las razones para votar por Prudencio? Recordemos algunas: nueva relación con gremios y cogobierno, sistema de remuneración basado en funciones, productividad y eficiencia, mejoramiento integral de la docencia, propiciar condiciones adecuadas para un alto rendimiento estudiantil, relanzamiento de la infraestructura de apoyo para la investigación y la extensión, creación del Instituto de Previsión, relanzamiento de los estudios supervisados y formación corporativa, desmontaje de la actual estructura organizativa, creación del Fondo Editorial de la USR, administración eficiente y limpia del presupuesto, entre otras.

Hoy día, la oferta de Prudencio Chacón huele a denuncia ante lo que carecemos, pero al mismo tiempo puede ser vista como bandera por lo que se debe luchar en la USR. Nosotros simplemente nos acogemos, en esta oportunidad, a lo dicho por el pueblo y lo parafrasearemos diciendo: Yo no tengo la culpa, voté por Chacón.


Breves-USR

Héctor Freneites

Reincorporarse

Asambleas Intergremiales del 19 y el 23 de septiembre

Otros

Del Núcleo Maracay


Di(r)(l)igentes

Eloy Cano Castro

Por aquello de la pena ajena, uno siente la necesidad de salir en defensa de la actitud de los presidentes de los gremios ueserristas durante el mes de septiembre. Da mucha verguenza ver cómo han tenido que soportar una cantidad de improperios y opiniones que los dejan tan mal parados, cuando ellos lo único que están haciendo es cumpliendo con el deber para el que fueron colocados allí (emitir dicterios al gobierno estrangulador, etc.) Puedo atestiguar que ellos nunca han negado el verdadero motivo de sus acciones antigremiales. Ellos, valientemente, no han hecho otra cosa que defender a su jefe sin nombrarlo o achacarle las culpas que ellos se ven obligados a recibir.

Además, hay que admitir que todos ellos han sido electos mayoritariamente, y con amplio conocimiento de la comunidad acerca del rumbo que darían a su gestión. Simplemente estamos disfrutando lo que era una promesa evidente a la hora electoral. Por eso puede entenderse el hecho de que ninguno haya mostrado la más mínima intención de renunciar a su cargo a pesar del lamentable papel que les hemos visto representar. Por todo ello, creo que hay que tratarlos con más consideración, al fin y al cabo sólo son obedientes segundones.


==la cuestión==vehículo de opinión universitaria== número 39== 25 de septiembre de 1996
==Editor-director: Eloy Cano Castro - eloycanocastro@gmail.com

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