vehículo de opinión universitaria, 16 de octubre de 1996, número 41
Contenido:
Delia Barreiro Pérez
"Las ciencias humanas no son un análisis de lo que el hombre es
por naturaleza, sino más bien un análisis que se extiende entre
aquello que el hombre es en su positividad (ser vivo, trabajador, parlante)
y aquello que permite a este mismo saber (o tratar de saber) lo que es la
vida, en qué consisten la esencia del trabajo y sus leyes y de qué
manera puede hablar"
Las palabras y la cosas
Filósofo, militante político, activista de las causas nobles, académico. En este mes de octubre, se cumplirían ochenta años del nacimiento de uno de lo pensadores más influyentes de nuestro siglo; de extraña y torrencial vida, hombre de escritorio y también de calle y barricada, con su manera de producir ideas, ajenas a cualquier lógica convencional, el suyo fue un pensamiento carente de una gran estrategia, inusitado, emotivo, de aparición siempre repentina.
Sobre él se han encargado de escribir muchos autores, para elogiarlo, detractores de su vida y obra, pero siempre presente. Al decir de muchos críticos, su pensamiento no es etiquetable, se resiste a la comodidad de la clasificación, quizás debido a lo diverso de sus escritos, a su saber interdisciplinario, donde hay estudios sobre autores de psiquiatría, ensayos sobre pintores o poetas, reflexiones sobre la poesía o la novela, aproximaciones a temas o relaciones entre el lenguaje, la psique, la literatura, el estructuralismo, las ciencias sociales, la filosofía, la historia de la ideas, de la clínica médica, la criminología, la sexualidad, la política, sobre el saber y el conocimiento, reflexiones sobre la gobernabilidad y el poder, etc.
Sobre este último aspecto, no hay trabajo serio que se precie de tal, que trate sobre el poder en el que por lo menos no se mencione el nombre de Foucault, sus puntos de vista sobre la materia no podrían ser dejados de lado -para asumirlos o debatirlos,- pero siempre presentes.
Otro aspecto interesante fue su postura contra el autoritarismo, dicha posición puede ser considerada como militante; eludió la búsqueda de un sistema y desdeñaba y repelía todo discurso totalizador, era un consciente adherente de la causa de las minorías, los presos, los refugiados, los inmigrantes; era todo un ciudadano del siglo XX. Su vida y obra nos compete, independientemente si aprobamos o no su punto de vista; El nos convoca porque es reivindicación del discurso, esa formidable facultad que lamentablemente hemos perdido que nos permite marchar en contra de la corriente y pensar desde allí los problemas desde perspectivas nuevas o escasamente trajinadas.
Debemos pues, transitar esa vía poco trasegada y problematizarlo todo, debatir, reivindicando así a este disidente, al estatuto de la rivalidad intelectual, de la batalla contra los jerarcas; distanciarnos de la inercia paralizadora en la que estamos envueltos en este final de siglo; en fin, buscar algunas estrategias que nos despierten, que nos quiten la mansedumbre en la que reposamos. Y a ello nos ayudaría muchísimo sí leemos o releemos a Michel Foucault, sus libros sobre la locura, Las Palabras y Las Cosas, Vigilar y Castigar, La Arqueología del Saber, Microfísica del Poder...; además, sería la más bella manera de celebrar con él su cumpleaños.
Eloy Cano Castro
Los fundamentos nominales de la democracia que vivimos establecen una serie de derechos individuales que sería largo mencionar. El de libertad de asociación permite la existencia de cualquier cantidad de grupos políticos y sociales, con una diversidad que puede ser impresionante.
En la USR, se formó hace unos dos años (con antelación a la prevista elección rectoral de marzo-96) el Movimiento electoral "Simón Rodríguez," cuyos estatutos tienden a desdibujar los límites entre el 'movimiento' y la universidad, al calcar la estructura de la USR y fomentar la instalación de sus miembros en esa estructura. Veamos: el Consejo Directivo, la Comisión Electoral, los 'decanatos regionales', las direcciones de núcleos, las subdirecciones, las asociaciones gremiales, los centros de estudiantes, la Caja de Ahorros, los cargos medios, los cargos altos, etc. están conformadas en un 100% (con un error del 5% me atrevería a decir) por personas afiliadas a ese movimiento electoral. El caso más visible es del rector de la USR, quien es el presidente del movimiento, y -por la lectura atenta de los estatutos notamos que la intención es:- viceversa.
Aunque no tienen participación académica ni institucional visible en la USR, los voceros del 'movimiento' sí se preocupan de remitir de vez en cuando comunicados a la prensa nacional donde exponen consecuentemente su apoyo al presidente del 'movimiento' y rector electo de la USR, elección que ganó con pleno respaldo del 'movimiento' con un 87% de los votos del claustro. El comunicado más reciente fue con ocasión de la ausencia del pago quincenal y la suspensión de servicios médicos en septiembre. En el cuarto de página utilizado (El Nacional, 29-09-96) dejan en claro lo que podía ocupar dos líneas:
La indudable mayoría a la que aluden -frecuentemente- los voceros del 'movimiento' no deja de ser llamativa. ¿Es simpatía? ¿Convencimiento? ¿hipnosis colectiva? Consecuencias directas de esa mayoría contundente son:
Hemos recibido multitud de testimonios y también hemos presenciado situaciones en las que los gestores del 'movimiento' buscan afiliados ofreciendo cosas como concursos, cambios de dedicación, cargos, etc. Es uno de tantos posibles beneficios que el interesado puede obtener al asociarse voluntariamente a un movimiento de este tipo. Igualmente, hemos visto pedir el cumplimiento de obligaciones, como p.e. firmas de apoyo al rector, etc., en lo que parece ser la función principal del militante: acatar cualquier pedido de esos gestores sea por voluntad convencida o bajo amenaza. Las que eran prebendas (cargos, ascensos, aumentos de dedicación) se convierten entonces en deudas vitalicias y motivos de culpa y castigo.
El asunto es tan público y notorio que ya forma parte del esterotipo de vocero del movimiento que vemos en cada núcleo. Es también bien sabido que esa actitud es contraria a la libertad individual y al derecho de libre asociación y probablemente a una ristra de derechos "más en depósito."
Ahora bien, si todo el mundo lo sabe, lo comenta y sigue ocurriendo, ¿no es por la aceptación -aunque sea a regañadientes- de esos 'militantes'? Quienes creen que la gestión de Pastrana ha hecho -y hace- daño y que es una regresión perjudicial para la USR tienen un buen argumento en el modo de trabajo de los motores del 'movimiento.' Argumento rebatido enseguida por este otro: "somos mayoría."
Héctor Freneites
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la cuestión-versión electrónica-número 41-
Editor-director: Eloy Cano Castro - eloycanocastro@gmail.com
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