la cuestión:

Espacio de discusión universitaria
en Venezuela

114

5 de abril de 2000

Contenido:

¿Universidad del Orinoco?
José Hilario Carvajal B.
(Hay rechazos furibundos)
La tecnología como fetiche
José Miguel Cruces H.
(O la apología a Eduardo Bradford)
Breves Universitarias
Héctor Freneites
(Transformaciones desde afuera...)


¿Universidad del Orinoco?

José Hilario Carvajal B. (UNEG)

La Universidad única regional ¡¡¡viejo anhelo guayanés!!! Desde la frustración del Colegio Federal que ya a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX ofrecía la oportunidad de realizar estudios superiores a los hijos de Guayana que no contaban con recursos para salir a Caracas, entonces y ahora, más ausente que lejana.

La idea no es nueva. Proyectos los ha habido: Años '70, Instituto Universitario Politécnico de Guayana (IUPEG), UDO, Proyecto Universidad del Sur. Años '80, Universidad de Guayana 1ra. versión, Años '90, Universidad de Guayana 2da. versión. Siempre con el mandato, nunca cumplido, de integrar los recursos del nivel de educación superior. En el caso UNEG fue ese su propósito inicial; cuál otro pudo haber sido si al momento de su creación por decreto presidencial (1982) contaba con menos de 20 profesores y sólo dictaba algunos cursos de postgrado y educación permanente, sin el nivel de Pregrado, considerado fundamental en el concepto de Universidad actual. Todos cabían en 2 pisos del edificio General de Seguros, sede alquilada, en la Av. Las Américas de Pto. Ordaz.

En los últimos veinte años, al menos, no hubo liderazgo ni voluntad política que respondiera a esos requerimientos institucionales. Hoy es imperativo histórico.

Hace poco observamos un conflicto de nivel estrictamente operativo, en la sede de la Universidad de Oriente (UDO) en San Félix (UD-145), se trataba de un problema de horarios de clases, ¿dónde debió tomarse la decisión?: En Cumaná, Edo. Sucre, donde funciona su Consejo Universitario, ¡¡¡a más de seiscientos kms. del lugar y actores de los acontecimientos!!!

¿Puede alguien sostener, administrativa y financieramente, que la UNEXPO-Pto. Ordaz, antiguo Instituto Universitario Politécnico de Guayana, se gerencie desde Barquisimeto, Estado Lara, a mas de mil kms. de distancia?

¿Cuánto le cuestan al país semejantes absurdos?

La gerencia actual requiere estructuras administrativas "achatadas" que acerquen al máximo el nivel estratégico que toma decisiones, a los niveles funcionales y operativos que las ejecutan. De otra manera es imposible lograr la eficiencia y eficacia que garanticen la productividad requerida en los contextos altamente competitivos de la actualidad.

A nivel regional y con énfasis reciente, la matricula estudiantil a nivel superior atendida por el sector privado superó a la del sector público. El total de estudiantes atendidos por la UDO-Bolívar, Unexpo-Pto. Ordaz y la UNEG, no alcanza los diez mil bachilleres. Ello no representa ni la cuarta parte de la población estudiantil atendida por cualquiera de las universidades nacionales autónomas (UCV, ULA, LUZ).

En la UNEG portulan para ingresar semestralmente más de dos mil jóvenes bachilleres y sólo pueden admitirse quinientos.

¿Puede justificarse, en público y sin vergüenza, que se utilicen tres burocracias académicas -Rectores, Vicerrectores, Secretarios, Decanos, Personal Administrativo, Servicios Generales- y todo el equipamiento necesario para atender una matrícula estudiantil tan irrisoria?

Guayana, lo sabemos todos, es la alternativa no petrolera para el desarrollo sostenible del país. En especial hoy, cuando se renuevan las ansias del desarrollo "aguas abajo" de nuestras empresas básicas y del macro proyecto Eje Orinoco-Apure, del cual somos epicentro. ¿Puede justificarse, en público y sin vergüenza, que Guayana carezca de una Universidad sólida, orientada y gerenciada desde sus propios escenarios, realidades y recursos humanos, para asumir en forma directa, in situ, el aprovechamiento de sus ingentes recursos naturales y el desarrollo integral de su gente?. La realidad regional actual no es la misma que hace treinta años.

La decisión del Ejecutivo Nacional de integrar los recursos Humanos, Tecnológicos y Financieros de la educación superior regional en una estructura académico-administrativa única, más que un acierto, es el cumplimiento de un deber histórico que contribuirá, sin duda, a consolidar, actualizar y profundizar los aportes de dicho sector al desarrollo de la región y el país. Tal decisión tiene hoy vigencia incontestable, debe discutirse, sí, su operacionalización. Se constituyó un comisión técnica de honorables profesionales universitarios de proba trayectoria académica, con la tarea de formular el proyecto que viabilice tal iniciativa.

¿Quiénes y por qué, detrás de fachadas gremiales o no, de manera furibunda y a priori, rechazan tal iniciativa?

De nuestra parte esperamos, más pronto que tarde, las conclusiones del trabajo de dicha comisión para hacer las observaciones correspondientes y participar en el necesario debate académico, fecundo, sobre un asunto de tanta relevancia y trascendencia.

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La tecnología como fetiche

José Miguel Cruces H.

Seguramente la tecnología nace un buen día cuando un primitivo antepasado del hombre tomó una macana y se la asestó a un animal, con el resultado, sin duda, de un "producto" para comer junto a su familia. Pues sí, ese día nació un conocimiento (producto de la inventiva) capaz de coadyuvar en el mejor vivir del hombre y que de paso, ya asomaría un cierto "impacto" sobre el ambiente natural. Por supuesto, la tecnología tiene que ver básicamente con el conocimiento (para matar el animal, en este caso) y no tanto con la "forma" cómo se hizo, o con el "instrumento" (la macana) que se utilizó. La forma vendría siendo "la técnica", es decir, cómo hizo para matarlo, qué habilidad se utilizó; por su parte, el instrumento para golpear sería la parte física de la tecnología que bien pudiera ser alguna cosa "contundente" (el garrote de Tru-cu-tú, por ejemplo). La "innovación" tecnológica ya es otro asunto, tiene que ver con la creatividad; nuestro antepasado tendría que sentarse a reflexionar acerca de cómo demonios matar a aquel animal sin correr tanto riesgo; o cómo hacerlo de un solo langañazo en lugar de varios, etc.; es decir, cómo hacer más "eficiente" el proceso; menos "costoso" o, "más productivo", como dirían nuestros amigos los economistas de hoy.

Naturalmente, (para los puristas) el "éxito" de la innovación (que es lo realmente importante del proceso) quedaría en silencio porque seguramente no encontraríamos quien nos la comprara. Ah, pero el "aprendizaje tecnológico" sí estaría garantizado cuando, andando caminos, "un otro" antepasado de "otra tribu" observara cuán eficiente era la forma como aquellos vecinos se las averiguaban para obtener carne. También pudo ocurrir que los conocedores llevaron la tecnología a otra tribu (proceso de transferencia), por lo cual esta tribu desde ese día (también) comenzaría a "desvivir" animales para costearse su condumio y seguro que también comenzarían a innovar en la técnica y en la tecnología mismas. Hasta aquí, un vistazo simplista y parcial acerca de la "taxonomía" de la tecnología.

Pues bien, nadie en su sano juicio puede negar la importancia de la tecnología. Cada una de las revoluciones culturales impulsadas por el hombre a través del largo proceso civilizatorio ha estado signado ­en lo sustantivo- por un conjunto de sistemas tecnológicos integrados que conforman, en sí mismos, revoluciones tecnológicas (Carlota Pérez dixit). Las revoluciones agrícolas, que no han sido otra cosa que revoluciones tecnológicas, han tenido estas bases (el arado, los sistemas de regadío, la mecanización, la agroquímica, la genética, la biotecnología, etc.). Todo ello conforma un mundo de conocimientos (para la producción) que ha venido siendo innovado o sencillamente transformado para impulsar nuevas formas productivas. Ya a comienzos de la segunda mitad del siglo que está por irse, Lewis Mumford, la denominó como "la máquina"; al interior de ese concepto quiso concentrar todo el arsenal de saberes que el hombre ha venido creando, acumulando y transformando para hacerse cada vez más del ambiente que habita (dominio y explotación); por supuesto, la visión acumulativa, expoliativa, rentista que ha acompañado a la acción del hombre ha dejado, como externalidad, un indudable impacto ambiental, en muchos casos irreversible. Se estima que hoy, un tercio de los suelos agrícolas del planeta son inutilizables para esos fines; todo ello, producto de un manejo inadecuado con tecnologías muy rendidoras pero impropias (el sistema tecnológico que entraña la Revolución Verde es un claro ejemplo). Las espadas de Damocles ­productos del mal manejo tecnológico- que penden sobre nosotros no son nada desdeñables; de un lado, las consecuencias macroclimáticas aún impredecibles del efecto invernadero, subproducto, entre otras razones de la acumulación en las capas bajas de la atmósfera, de gases originados por la combustión de energía fósil, por el vapor de agua, etc.; y de otro, la ineluctable pérdida o contaminación de cuerpos de agua dulce en los continentes, lo cual ya se vislumbra catastrófico para la vida en el planeta (revísese la reunión de La Haya).

Los optimistas piensan que la solución a los problemas creados por la tecnología está precisamente en la tecnología; ojalá así sea (y no tan tarde). Estos últimos son los que piensan que la tecnología lo es todo, o casi todo; generalmente se cubren de un tejido ideológico tecnocéntrico cuya expresión política es la tecnocracia.

Y a propósito de esto, recientemente he visto algunas expresiones de colegas de "mi" universidad, que no distan mucho del optimismo más o menos exagerado respecto de la tecnología. De una parte, una profesora cursante de una maestría bajo la técnica "virtual" refería, con más ingenuidad que conocimiento, que la forma de hacer la universidad era accediendo al nuevo mundo de la tecnología. Por supuesto que la intención implícita es por demás muy buena; es necesario hacer crecer la universidad y particularmente ponerla a tono con el cambio tecnológico, máxime si éste implica la eficientización de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Pero hasta allí la cosa es pura técnica, puro despliegue instrumental que así, sin más, es simple "utilería". Otra cosa, bien importante (o tal vez lo más importante) pero que se obvia cuidadósamente, es formar capacidades para la innovación en estas técnicas y aún mejor, en las tecnologías que soportan todo el despliegue. De lo contrario, somos y seguiremos siendo simples usuarios, consumidores -y nada más que eso- de conocimiento importado.

Otra expresión que me asombró fue la de que nuestra universidad está entre las más avanzadas de América Latina por el hecho de poseer un relativo arsenal instrumental en cuestiones de imformática (computadores, antenas, "salas virtuales", etc.); es decir, eso que llaman "una plataforma tecnológica". Ya algunos organismos del Estado, e incluso bancos, han caído en semejante pecado adquiriendo un pesado conjunto de equipos para "automatizar procesos administrativos" con el curioso resultado de una "indigestión técnica" producto del desconocimiento del equipo requerido y de su manejo eficiente. En esta universidad se habla de "avances" en el área pero se carece, en la práctica, de la tal plataforma mínima para el "ciber-trabajo" de la comunidad docente, por no hablar de los engorrosos procesos administrativos que desde hace bastante están automatizados en universidades nacionales, seguramente "menos avanzadas". Por otro lado, los docentes no contamos con el, o los servidores necesarios para comunicarnos a través del simple correo electrónico. Quienes poseemos este servicio lo hemos adquirido con recursos propios, en el mercado nacional. Organismos como el IVIC, la UCV, la UDO, etc., por sólo nombrar algunos, cuentan con servidores, redes y servicios propios desde hace varios años.

Por supuesto, no negamos el esfuerzo que se ha venido haciendo para modernizar los procesos; pero de allí, a estar entre los más avanzados de América Latina, hay un espacio bien grande. Por esta vía estamos pareciéndonos cada día más a Eduardo S. Bradford, el personaje aquel (de Borges), que se pintó sobre su desnudez, un sombrero, anteojos de carey, bigotes, cuello, corbata (...), y murió de bronconeumonía sin más ropa que un traje de rayas dibujado sobre su piel.

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Breves Universitarias

Héctor Freneites

La universidad. Siempre la Universidad. Hay que estar en alerta con esta administración. Estamos convencidos de lo necesario que es transformar las universidades. En otras instancias: CNU, AVERU y FAPUV se han discutido estas posibilidades. Incluso, existen estudios, informes y lo que ha faltado es voluntad...política para emprender los cambios.

La administración actual esta tentada a llevar a cabo las transformaciones desde afuera. Pareciera, que la intención es ir adelante con exclusión de un importante sector universitario que ha tratado de propiciar esos cambios. Y que ha sido y es ajeno al clientelismo político y a la hegemonía partidista en las universidades. No se trata de cambiar un grupo por otro grupo.

Por eso, colega universitario es necesario estar ojo avizor con eso: integración del sistema universitario, Comisiones de Reestructuraciones Universitarias y decisiones como las del CNE tratando de invalidar las elecciones de la APUCV.

FAPUV continúa en su llamado a desacatar e intervenir en los asuntos internos de las comunidades universitarias. Por ejemplo, en dos remitidos del 27/03 y 01/04 ha afirmado que la USR está intervenida o se han aplicado medidas intervencionistas.

Lo expresado por FAPUV no se corresponde con la verdad. ¿Que ha sucedido?

  • La nueva administración nombró nuevos miembros para el CONSEJO SUPERIOR de la universidad. Y éstos, en soberano derecho decidieron recomendar al Ministro de Educación, Cultura y Deporte que suspendiera el proceso de consulta eleccionaria; además cesaron en sus funciones a la Comisión Electoral que ya tenia lapso vencido.
  • La USR no ha sido declarada en reorganizacion. No se han removido las autoridades ni el Consejo Directivo. ¿Sobre qué bases legales el CNU recomienda elecciones en la USR?
El CNU puede llamar a elecciones cuando se ha declarado la institución en reorganización, se han nombrado autoridades interinas y en ese lapso se procede a convocar de elecciones. Y este no es el caso de USR. En el caso de la Universidad Francisco de Miranda, fue el propio Ministerio de Educación el que suspendió el proceso electoral.

El caso de la Universidad Rómulo Gallegos, sí fue una intervención, mediante una interpretación jurídica extraña. En todo esto lo que vemos es: una administración torpe que quiere todo el control del sector universitario y la macolla AdecoCpeyanoMasista que refugiada en organismos como el CNU, AVERU y FAPUV se resisten a perder privilegios acumulados en todos estos años de poder omnímodo.

Un ejemplo es que la AVERU paso de un militante de AD a otro militante de Copei.¿Cuál es el problema? El PODER.

Nos enteramos que el 31/03 se llevo a cabo el I Taller de Integración Universitaria de la Región Guayana. Los auspiciadores fueron: APUDO-BOLÍVAR y APUNEXPO GUAYANA. La USR no asistió. Desconocemos los resultados de ese taller. Sería interesante difundir sus conclusiones para comparar con el documento del profesor Pazmiño. Para conocer similitudes, diferencias, alternativas...

Las cuentas individuales de los Pasivos Laborales están siendo entregadas a cada uno de los profesores y empleados administrativos. Ojo: en algunas instituciones no clarifican ni criterios ni metodología para realizar los cálculos. Los reclamos deben hacerse inmediatamente y con soportes.

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