la cuestión:

Espacio de discusión universitaria
en Venezuela

115

26 de abril de 2000

Contenido:



Más democracia y autonomía para más autoritarismo

Aldo Colmenares

La defensa de la autonomía universitaria y de la democracia interna han regresado como las banderas más sentidas de este sector educativo. Llama la atención que tales banderas se esgriman desde las universidades experimentales, en boca, sobre todo, de quienes hasta hace poco fueron autoridades nombradas a dedo por los gobiernos correspondientes. De igual manera acompañan en este casi lamento los eternos dirigentes de FAPUV, también en manos de los representantes de las universidades experimentales y de la AVERU, donde sólo los rectores de esos mismos institutos han tenido el control. Valdría la pena observar algunas cuestiones ligadas a estos planteamientos de democracia y autonomía.

La democracia se ha convertido, si es que ya no lo era al iniciarse en nuestro país, en una especie de entelequia, donde sólo se renueva lo atinente a la economía y al poder ejercido desde y para con ella, dejando el resto para una especie de ficción apoyada en normativas que restringen la posibilidad de acceso al poder político y adláteres a una suerte de élites, dejando para el grueso de la población el recurso electoral: tienen derecho a elegir de entre los elegidos por alguna instancia política supra-población, que podría ser el partido político o un equivalente. A esto es posible agregar la protesta, tal vez sólo "el grito", en la mayoría de los casos convertido en un espectáculo de los massmedia (brazo efectivo de este "juego" de élites llamado democracia. Con esto, por supuesto, no quiero decir que esa élite convertida en poder está allá y nosotros, pobres víctimas, aquí, ¡no!, somos participes cotidianos de esa acción de poder, y lo ejercemos de alguna manera, inclusive en acción de pasividad.

Sobre la autonomía, por su parte, podríamos comenzar preguntándonos ¿de qué? Pues unida a la existencia casi artificiosa de la democracia está la posibilidad de ser autónomos. Sería algo así como la posibilidad de decidir sobre la orientación que demos a la vida, el trabajo, etc. en el objetivo que acordemos en la sociedad. Donde tenemos la libertad de buscar y encontrar felicidad y satisfacción en la respuesta que debemos dar a las exigencias sociales donde estemos implicados.

Pero otra cosa son las universidades públicas, donde se vive dentro del mar de acciones pervertidoras de democracia y autonomía que, en general, baña la acción institucional pública. Esto, en el ámbito educativo del que hablamos, pero sobre todo y cada vez más, ha sido vivido en las universidades experimentales, mostrando, de manera lógica, lo que se constituyó en otra especie de perversión del objetivo de la educación superior: su propia creación.

Ya es un comentario manido el que señala el origen de estas universidades en la intención, perfectamente lograda, de aumentar la presencia de los partidos políticos que ejercían el poder (entonces AD y COPEY) en este nivel educativo, para copar los espacios de poder y decisión relacionados con el mismo (CNU, AVERU, FAPUV, etc.). Pero también es cosa sabida, que al interior de estas instituciones se crearon organizaciones político- electorales, con imagen institucional (ejemplos: UDO 70, de Luis M. Peñalver, Movimiento "Simón Rodríguez", de A. Pastrana), para copar la ficción democrática que pudiese desarrollarse en cualquier intención de escogencia de autoridades y directivos. La consecuencia inmediata es el sometimiento de los participantes universitarios al poder con las ofertas de premio al sometimiento, y castigo a cualquier expresión de disentimiento. Resultando que la destrucción de la posibilidad de respuesta académica y política de los miembros de la universidad es quizás el mayor mal que este accionar ha provocado en estas organizaciones. Constituyéndose en la "cultura" de la no democracia. El adequismo lo llama el Prof. J. M. Cruces.

Por otro lado está la autonomía, que según los reclamos actuales, es para elegir autoridades rectorales, obviando todo lo demás que le pueda ser intrínseco. Acompañado, por supuesto, con el discurso que llama a un cambio para cumplir los fines y objetivos últimos de la institución, aquellos presentes en la declaración de creación del ente. En este caso, si lo observamos desde otra perspectiva, la autonomía funciona perfectamente, mucho mayor si son universidades experimentales. Pues estas instituciones reciben un cuantioso aporte presupuestario de la sociedad venezolana sin que a cambio tengan que rendir casi nada. Los productos aportados por las mismas como contraparte son de baja calidad si observamos su resultado en la sociedad, pero además, en cantidades ínfimas si no incluimos el volumen de graduados, esencial para mantener el presupuesto (se asigna por matrícula) y, quizás, el enfriamiento de demandantes de puestos de trabajo, por algunos años. De tal manera, que si puedes hacer lo que quieras para beneficiar tu grupo de interés, gastar ingentes cantidades de recursos en ello y no entregar resultados, podemos considerar que se está casi al máximo de la autonomía.

Es indudable que las soluciones a tales hechos de perversión del proceso de vida desarrolladas desde el interior de las universidades experimentales parecen imposibles, el vuelco "cultural" que tal solución requiere debe contar con un generador que haga temblar las bases de soporte del poder que hemos señalado y que incluye a los mismos participantes, supuestamente afectados. Esto a tal nivel que en la intervención realizada en la UNERG ha ocurrido un "engullimiento" de las intenciones de vuelco, y nuevas autoridades -sólo es externo el rector nombrado-, ahora afectas al nuevo orden político nacional, se comportan dentro del mismo cuadro cultural político descrito. Se argumenta que el rector nombrado está en tal estado de decrepitud que, simplemente, provocó el ascenso de algunos sectores, antes bajo control del ex-rector Nani, que ejecutan la cultura aprendida. Otras experiencias las conocemos menos, por ejemplo, los logros de la escisión de UDO-70, ganadora del rectorado en esa universidad; pero si observamos los resultados de la victoria de algunos decanos -"distintos"- dentro de la UPEL, creo que hay pocas esperanzas: es una cultura. El impacto parece que tiene que ser mayor.


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Hacia la integración del Subsistema

de Educación Superior en Guayana

Juan Guerrero (UNEG)

El título que da nombre a este artículo ilustró por varios meses, entre 1990 y 1991, a pie de página, la denominada página educativa Aula Abierta en el diario Correo del Caroní, en Puerto Ordaz, bajo mi responsabilidad. Muchos profesores de universidades regionales y algunos estudiantes manifestamos nuestro parecer escribiendo artículos donde manifestamos algunas ideas, de una manera académica y con el único interés de generar un ambiente propicio que iniciara una discusión académica sobre tan importante tema.

De ese tiempo acá han pasado diez años. Ahora cuando nuevamente se lee por la prensa y por los pasillos de algunas instituciones universitarias sobre el tema de la integración, fusión o creación universitaria, no podemos ocultar nuestra sana alegría porque este lema de hace tanto tiempo finalmente se comienza a considerar con seriedad, voluntad política y capacidad gerencial.

Deseamos integrar a la discusión académica algunas consideraciones que sentimos necesarias. En primer término el nombre de esa posible universidad. El proyecto o papel de trabajo que en la actualidad se estudia manifiesta el nombre de Universidad Nacional del Orinoco. Consideramos oportuno indicar el pasado histórico en esta región, en lo que se refiere a la educación superior. Para entender el proceso histórico de la educación superior en Guayana es necesario una revisión diacrónica sobre sus hechos más resaltantes. En 1834 se crea el denominado Colegio Federal de Guayana. En este centro de excelencia académica se impartían cátedras sobre derecho, medicina, lenguas, ciencias políticas y filosóficas, entre otras. De sus aulas egresaron bachilleres y doctores en áreas diversas: medicina, ciencias políticas, teología y ciencias eclesiásticas, agrimensores, farmaceutas y maestros de instrucción primaria. Bajo la rectoría de Ramón Isidro Montes este centro educativo fue elevado a Universidad de Guayana en 1896 y funcionó así hasta 1904, momento cuando sus puertas fueron clausuradas por los conflictos políticos imperantes para ese momento. Sin embargo, desde finales de los años cincuenta se han realizado intentos para darle continuidad y establecer definitivamente una institución de educación superior en nuestra región. De ello han resultado apenas núcleos, como el de la UDO-Ciudad Bolívar y San Félix, el IUPEG luego transformado en UNEXPO-sede Ciudad Guayana, y el inicio de una universidad con asiento propio en la región: proyecto universidad del Sur trastocada luego en UNEG.

Ninguno de estos proyectos le ha dado continuidad a la antigua Universidad de Guayana de 1834. No nos estamos oponiendo a este nuevo proyecto por razones de nombre. Pero es el justo reconocimiento histórico a la trayectoria de unos prohombres, pedagogos ilustres, como Ramón Isidro Montes, Tavera Acosta, entre otros, quienes pudieron adelantar en la estructuración de modelos educativos el pensamiento pedagógico bolivariano que se inició en los llamados colegios federales, donde se concebía el saber humanístico-científico desde una óptica integral del pensamiento e integrado a una realidad social específica. Justo sería reconocer y darle continuidad a ese pensamiento y a esa universidad, como bien lo hicieron quienes concibieron a la Universidad de Carabobo, que le dio continuidad a su antiguo Colegio Federal.

Como segunda reflexión, y por lo hasta ahora leído, sentimos que existe cierto sesgo en las bases filosóficas de este nuevo proyecto, que tiende peligrosamente a una postura tecnocrática del hacer universitario. Su basamento tiende a concebir la realidad desde un razonamiento técnico-tecnológico y posteriormente incorporar el saber humanístico.

Siendo así resultaría contradictorio con el pensamiento pedagógico de nuestros pensadores de la educación, desde Simón Rodríguez, Andrés Bello, Cecilio Acosta, José Ramón Camejo, Francisco Javier Mármol, hasta los modernos, como Arnaldo Esté. Es el hombre guayanés el centro del progreso humano. El se sirve de herramientas teóricas y pragmáticas para darle sentido a su entorno e integrarse a él desde una postura ética, estética y ecológica como hombre integral. De allí que el esquema tecnocrático que parece darle base a este proyecto tiende a desvirtuar y entrar en contradicción con los mismos intereses del Estado, de pensamiento pedagógico bolivariano.

Otra reflexión se refiere al sentido de creación, fusión o integración. Consideramos, y así se refleja en el título del artículo, que este proyecto debe verse como un "proceso de integración". Donde inicie su camino desde una integración física. Espacios académicos: aulas, laboratorios, canchas deportivas y escenarios artísticos. Integración curricular, tanto en pre como postgrado. Integración presupuestaria: manejo de un sólo presupuesto que se distribuya de acuerdo con las necesidades y exigencias de los proyectos académicos. Integración gremial: una sola federación de centros universitarios con centros de estudiantes en cada escuela o carrera, una sola asociación de profesores y de trabajadores administrativos y un sólo sindicato de obreros.

Es oportuno indicar, finalmente, que los aspectos de Política Académica se tienen que discutir al interior del claustro universitario: docentes-estudiantes. Somos los universitarios, fundamentalmente, quienes sabemos del manejo de nuestras instituciones. La sociedad civil es necesaria porque es el sentido primero y último al que se debe la institución universitaria. Sin embargo, el tratamiento filosófico-ideológico, así como los aspectos pedagógicos y de política académica son responsabilidad de los universitarios.

Es innegable los malestares del momento histórico que se vivirán con esta discusión. Descalificaciones, intromisión de grupos y organizaciones partidistas, grupos de individuos que no quieren ceder sus posiciones de poder mientras otros desean acceder a él. Esto en la larga vida de una universidad siempre será un pasajero episodio que el tiempo se encargará de borrar y no aparecerá en los anales de la historia de nuestras magnas instituciones universitarias republicanas. Atreverse a "ser" y "hacer" es el signo de los nuevos tiempos.


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Observaciones

sobre el programa CONABA 2000. Región Central

María Lourdes Castrillo (UC)

Al analizar y reflexionar sobre el "Sistema para el Reconocimiento de Méritos a los Profesores de las Universidades Nacionales", elaborado por la Comisión Nacional para el Beneficio Académico a los Profesores Universitarios (CONABA), me surgen interrogantes que necesito conversar con quienes estén interesados en aplicar en el mismo, a fin de intercambiar algunas ideas al respecto.

Veamos algunas afirmaciones sobre la fundamentación del Beneficio Académico, publicadas en el órgano de divulgación de la Universidad de Carabobo, sobre la II convocatoria en la región central.

Misión del CONABA: "El desarrollo y el fortalecimiento cualitativo de las Universidades Nacionales mediante el estímulo y el reconocimiento continuo a los méritos de sus profesores".

Propósito del CONABA: "La optimización de la labor académica de los profesores de las universidades nacionales apoyadas en la revalorización de las funciones de: Docencia, Investigación Extensión; y servicio Interno".

Aspectos Doctrinarios del CONABA: "Los fundamentos filosóficos se sustentan en el Deber Ser de la Educación, el Deber Ser del Profesor Universitario y el Deber Ser de las Universidades de acuerdo con el perfil de su región de adscripción".

Hagamos algunas reflexiones:

Primera sentencia (Sección: IV Procedimientos para presentar los Productos):

"La simple ejecución o intento de ejecución, sea enseñando, asesorando, investigando, gerenciando, asistiendo, o realizando cualquier actividad académica, no será suficiente para optar o recibir el beneficio académico; tampoco lo será el hecho de obtener premios, distinciones, felicitaciones o condecoraciones. En este último caso, solamente se considerarán los productos generados por el profesor aspirante, por los cuales posiblemente haya recibido el premio, la distinción, la felicitación o la condecoración".
Comprendo que debido a lo devaluado que están los premios, distinciones o condecoraciones en este planeta, se mencione esta aclaratoria, a mi manera de ver impertinente, irrespetuosa e innecesaria. Pero lo más preocupante a mi manera de interpretar, es la devaluación de la actividad cotidiana de la docencia, la investigación, extensión y servicio interno, la cual se presume mediocre e "invaluable". Me pregunto: ¿no será precisamente en este terreno donde hay que ponderar con mayor peso la labor de nosotros los universitarios en Venezuela?

Con respecto a la Misión interrogo: ¿fortalecer qué?, ¿el individualismo, la fragmentación de los prácticas universitarias, ahondar la separación entre docencia, investigación, servicio o extensión universitaria?. ¿Seguir dejando a un lado la responsabilidad social de la Universidad de formar hombres y mujeres útiles a sí mismos y a la sociedad que vive?, ¿Dónde está el rubro que incluya la opinión de los estudiantes y comunidades sobre el producto de los profesores? Ellos son, al fin de cuentas, quienes pueden decir el qué, el para qué, sentido y significado de las funciones Docencia, Investigación, Extensión y Servicio Interno. Me parece adecuada aquí la famosa frase bíblica: "Por sus frutos los reconoceréis".

En lo referente a los aspectos Doctrinarios, pienso que quienes trabajaron en la elaboración del baremo, reflejan sus concepciones sobre el "Deber Ser" de las Universidades Venezolanas, e interpreto que ellos distan mucho de tomar en cuenta nuestra realidad educativa, así como los documentos producidos en las diferentes reuniones y encuentros latinoamericanos y mundiales sobre las demandas clamadas en diferentes latitudes del planeta.

Reflexionemos sobre las concepciones subyacentes del programa, que se hace público, a la luz de los procesos universales (París 1998), latinoamericanos y particulares sobre la Educación Superior en los tiempos que vivimos.

¿A mi manera de ver, qué se nos plantea?

  • El estímulo y promoción de la creatividad de docentes y alumnos, durante el proceso Educativo a nivel Superior.
  • Los Productos de los docentes universitarios no son equiparables a los de cualquier objeto del mercado.
  • Para poder hacer una valoración (señalar a una cosa el valor el correspondiente a su estimación; ponerle precio) y por tanto una evaluación (señalar el valor de una cosa, estimar, apreciar, calcular el valor de una cosa) partiríamos de las diferencias propias del proceso educativo y no de la mismidad. Esto es cada experiencia docente-investigativa-extensionista, es única, particular.
  • Los docentes estamos llamados a dar cuenta de los procesos educativos en su integralidad, superando la concepción de la fragmentación.
  • En el trabajo docente de investigación y de extensión con los estudiantes, mundialmente está considerado (París, 1998) como prioridad.
  • Los docentes, en cada una de nuestras instituciones, nos conocemos y sabemos todos de nuestro desempeño, nosotros también podemos dar cuenta de la calidad o del mérito de lo que hacemos, de acuerdo a los principios institucionales, a los efectos de ser sujetos de evaluación o evaluadores.
Observemos con atención solo algunos aspectos del listado, evaluados con A y valorados con 40 puntos (el máximo puntaje):

P1.1.1. Informe del diseño, validación y ensayo de procesos e instrumentos de evaluación del aprendizaje

Comentario: ¿Qué estamos evaluando?, ¿El Proceso Educativo o el proceso e instrumentos de Evaluación del Aprendizaje?

P1.1.6. Producción de "software" educativo.

Comentario: ¿Qué estamos evaluando?, La tecnología en la elaboración de software?

P1.2.1. Informe de formación de instructores o de tutorías de trabajo especial de grado y tesis de pregrado y postgrado aprobada.

Comentario: ¿Qué estamos evaluando y a quiénes?, ¿El trabajo que hace el turoriado, ya aprobado?, ¿Los méritos de quién o de quiénes son?.

P1.2.4 Texto de enseñanza publicado
P1.2.5 Capítulo en texto de enseñanza publicado
P1.2.1 Artículo publicado en revistas arbitradas
Comentario: ¿A cuántos y a quiénes estamos evaluando?, ¿A los pocos que pueden hacerlo en el medio universitario que nos movemos?.

Invito a todos los compañeros a expresar por este medio sus consideraciones sobre este importante e interesante II proceso de evaluación, para el cual estamos todos convocados.


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Breves universitarias

Héctor Freneites

Esta administración de transición pareciera no tener brújula. Además, hemos pasado del "consenso clientelar" a la "conflictividad permanente". Y todas las cosas tienen su límite. El límite tiene fecha fija: 28 de mayo.

Las expectativas del sector universitario se encuentran entre dos extremos: temor y desafío.

El temor agrupa a aquellos que han disfrutado del poder universitario en estos años de "democracia representativa". Temen ser de-valuados y ser e-valuados. Son los militantes o amigos del partido, transformados en académicos. Son los usufructuadores de los presupuestos universitarios.

Hay otros temerosos, aquellos que se declaran "neutrales en política" y que no tienen claro qué va a pasar con las universidades. Su preocupación básica es el quince y el último ¿Cuándo nos van a pagar?

Otro sector aspira a cambios. Aspira que la universidad deje de ser un refugio clientelar y se convierta en un recinto académico, propulsor de la democratización de la sociedad civil.

Este sector que aspira a los cambios está dividido. Un grupo valora que los cambios deben hacerse compulsivamente. Que tienen que ser impuestos. Otro grupo desconfía de esos procedimientos. Están más dados a realizar las transformaciones con la propia comunidad, sin exclusiones. El desafío es ¿cómo hacer los cambios?

El desafío proviene de organismos que aspiran mantener su cuota de poder, entre estos tenemos la FAPUV y la AVERU. Y su arma preferida es la 'democracia/autonomía".

Todo esto forma un cuadro complejo, el cual, aunado a problemas económicos del sector universitario como son: ajuste de salarios, normas de homologación, deficit presupuestario y pasivos laborales, no le dejan mucho respiro a esta administración bolivariana.

La democratización/autonomía es el refugio para la pelea entre el régimen de la "democracia clientelar" y el pretendido régimen de la democracia participativa. Las puntas de lanza son la FAPUV y la AVERU conjuntamente con sus aliados en el CNU.

Pero no olvidemos una cosa: es democracia/autonomía en las universidades experimentales. Instituciones que son oficiales y que el CNU en su momento debió evaluar para cambiar o no su status de 'experimentales'.

La democratización se dió en la mayoría de las experimentales cuando el gobierno de turno consideró que podía tener control sobre la institución o para complacer amigos cercanos al partido. En la USR la democratización fue entendida y normada en su Reglamento (1992) para asegurarle a su rector designado A. Pastrana un cargo por 12 años. Y la democratización quedó especificada como un:

"...proceso de participación de la comunidad profesoral y estudiantil de la Universidad, para la elección del Rector, el Vicerrector Académico, el Vicerrector Administrativo y el Secretario..."
La democratización es sinónimo de elecciones para estas cuatro autoridades.
  • En los ocho años de ejercicio rectoral de A. Pastrana en la USR, él fue el único que tenía potestad para designar a dedo quiénes iban a ocupar todos los puestos de la estructura universitaria.
  • Este es el tipo de democracia/autonomía que defienden a capa y espada FAPUV y AVERU. Ven a las universidades experimentales como un botín seguro para asegurar su sobrevivencia.
En las universidades nacionales autónomas, la cuestión es bien distinta. La UCV fue a un proceso electoral y nadie cuestionó ese proceso. Ellos se atienen a la Ley de Universidades y a su Reglamento interno. Sus períodos son de 4 años. Y no se contempla la figura de volver a ser reelegido en un mismo cargo.

¿Qué sucede en universidades experimentales como la "Francisco de Miranda" y la "Simón Rodríguez", donde se celebraron elecciones el 31 de marzo una y el 24 de abril la otra?

  • Que los reglamentos internos de estas universidades contemplan la 'reelección de autoridades', algo que va contra la Ley de Universidades.
  • En la UNEFM, las autoridades electas el 31 de marzo no fueron reconocidas por el Ejecutivo Nacional.
  • La respuesta del ministro Navarro fue contundente: el caso no se discutirá en el CNU y las autoridades electas deben acudir al Tribunal Supremo de Justicia para hacer valer sus "derechos".
  • En la USR, se realizó una consulta electoral ayer 25 de abril. La respuesta del Ejecutivo fue:
    • El lunes 24 se promulgó un nuevo Reglamento, que elimina la Sección III "Del régimen de participación de la comunidad profesoral y estudiantil de la universidad para la elección del Rector, el Vicerrector Académico, el Vicerrector Administrativo y el Secretario..."
    • Se designó nuevo rector: Emil Calles, de la UCV.
Democratización/autonomía en las universidades nacionales experimentales es el foco públicamente utilizado por FAPUV/AVERU en su confrontación con el gobierno. Y el escenario es el CNU.

El proceso "electoral" en las universidades experimentales "Francisco de Miranda" y "Simón Rodríguez" es un buen caso para el nuevo presidente de AVERU, Enrique Ravelo: "un conflicto que hay que dilucidar".

En la USR se tienen ejemplos de elecciones irregulares:

  • En 1996, cuando A. Pastrana ganó el rectorado.
  • En 1999, cuando la actual junta directiva de APUNESR ganó las elecciones.
  • En 2000, cuando se eligió un nuevo rector(a).
En conclusión: en la USR estamos en la situación originaria de 1992, cuando se promulgó el Reglamento en cuestión, que garantizaba al rector A. Pastrana el control de la USR por 12 años, 1992-2004.
Algo nuevo en el nuevo reglamento del 24-04-00 es el art. 79:
"Las autoridades universitarias serán designadas con carácter interino, hasta tanto se dicte el nuevo régimen electoral resultante de los procesos de evaluación institucional en curso en las distintas universidades experimentales".


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la cuestión: 115 vehículo de opinión universitaria

© 1995-2000 Editor: Eloy Cano Castro: eloycanocastro@gmail.com