Dicen y no sin razón que Göbekli Tepe es el sitio arqueológico más importante del mundo. Cierto o no, es notorio que ya lo están incluyendo en los itinerarios turísticos y no faltará mucho para que sea casi imposible llegar allí, como ha pasado en Machu Pichu y tantos otros lugares.
Así que siendo previsor me embarqué en una visita inmediata. Bueno, realmente me embarqué en el avión de Maiquetía a Lisboa, primera etapa requerida para acercarme a tan remoto destino. Al día siguiente veía asomarse las edificaciones de la capital portuguesa.
Decir “primera etapa” no parece suficiente en vista del número de horas y lapsos muertos que uno debe sufrir hasta el próximo vuelo.
Un poco más tarde aterrizamos en el país destino: Turquía. Aquí supongo que la estancia será breve porque solamente es necesario tomar un vuelo doméstico.
Mala suposición; hay que esperar diez horas para tomar el vuelo al interior del país. ¿Qué hacer mientras tanto?
Sería un pecado imperdonable estar en Istanbul y no pasar por Hagia Sophia aunque sea un ratito. Con el cansancio acumulado y tras un recorrido en taxi con sobreprecio me acerco a lo que sería la mayor atracción turística en cualquier parte; el hecho de que se encuentre en Estambul la reduce a una más entre muchas.
Tras muchas vueltas veloces por el interior de la ex-basílica del siglo VI conseguimos un punto desde donde se puede ver casi completa la cúpula y el espacio que cubre (con sorprendentemente pocos turistas). Maravilla constructiva y no menos de preservación.
Otro sobrepreciado taxi después, de vuelta al aeropuerto sin prácticamente dormir y malamente comer, abordo el avión a Urfa. Y al fin, dos días después de mi partida, arribamos.
Al día siguiente, un taxi -no tan caro como el de Istanbul- me acerca al sitio de las excavaciones. Lo primero que impresiona es el paisaje, Göbekli Tepe está situado en una altura que domina un amplísimo panorama, medio sur de Turquía y todo el norte de Siria parecen verse desde aquí.
Al dirigir la mirada hacia el otro lado se medio aprecia -al fondo- la ubicación de Şanlıurfa y más cerca la posición relativa de algunos de los “anillos” que sucesivamente fueron construidos en este particular sitio. Las dataciones llegan hasta a 9.500 años a.C., mucho antes de cualquier otra obra humana de similar magnitud.
La posición de Göbekli Tepe a unos 250 metros sobre el valle de la ciudad de Harran destaca en el centro de las alturas circundantes, cosa que sólo se puede apreciar en el propio sitio, pero un mapa topográfico servirá de sucedáneo al lector no viajero.
Si ampliamos un poco, se intuye que Göbekli Tepe debe haber sido el centro físico de la transición a la agricultura, al menos en el Medio Oriente. De hecho se encuentra prácticamente en el medio de la región mesopotámica. Muy probablemente la domesticación del trigo o más pomposamente el origen de la agricultura ocurrió justo allí .
La estructura redondeada que llamo “anillo”, formada por paredes rústicas y bloques de piedra alternados con dos monolitos en el medio es la unidad que se repite en los diversos niveles de la excavación. ¿Qué hacían aquí las bandas de cazadores-recolectores que se unieron para realizar esta construcción tan aparentemente fuera de época? Como siempre que no hay otra buena explicación los estudiosos tienden a decir que se trataba de un templo.
Uno sospecha que estos anillos estaban techados mediante troncos apoyados sobre los bloques, pero eso está difícil de comprobar hasta el momento.
Los monolitos están grabados en altorrelieve con figuras de animales que son reconocibles para el experto (no es mi caso), animales que supuestamente habitaban en esta zona convertida ahora en apenas una sabana de gramíneas. Debe ser por este éxito evolutivo del trigo y otros cereales (pueblan grandes extensiones en todo el planeta) que algunas personas creen que fue el trigo (o el arroz o el maíz) el que domesticó a los humanos para su beneficio.
No escasean aquí los ornamentos geométricos, es bien sabido que hasta el humano más primitivo tiene su corazoncito artístico.
Las interpretaciones de los grabados están abiertas y seguirán así por mucho tiempo. Pero está claro que el cuento de los patitos feos quedó representado fielmente en esta piedra, quedamos pendientes del inexpresado final:
Hay también ejemplos tempranísimos de lo que no se puede llamar de otro modo que escultura. Como este animal famélico que parece buscar su comida bajando hacia ella.
No faltan -por supuesto- los eruditos que ven alineaciones estelares en cualquier obra antigua. Ya Giulio Magli publicó un anticipo sobre una posible alineación de uno de los anillos con la estrella Sirio. No pasaron ni dos minutos y Andrew Collins lo contradice diciendo que la alineación es con Deneb en la constelación del Cisne. Una gráfica realizada por Collins en la que están levemente resaltadas las direcciones de los monolitos centrales muestra que los tales alineamientos son habladera de pistoladas o están demasiado influidos por el movimiento de regresión planetaria. Voto por lo primero.
De todas maneras, no resulta práctico quedarse a ver las estrellas entre otras razones porque no permiten el acceso al sitio en horas nocturnas y el taxista impulsa también nuestro regreso a Urfa.
Y hablando de Urfa… uno sospecha que esta ciudad ya existía en aquellos lejanos tiempos de la construcción de Göbekli Tepe. No está lejos, en el piedemonte y tiene más historia de la que se puede contar. Actual y oficialmente se llama Şanlıurfa (Gloriosa Urfa); en tiempos grecorromanos era Edessa.
De lo más interesante resulta ver que una tradición musulmana identifica esta ciudad con la Ur de Abraham y no solamente eso, sino que el lugar de nacimiento del patriarca está identificado y es muy visitado.
Se trata de una cueva (claro) rodeada ahora por una edificación y protegida por láminas de cristal a la que se puede acceder por una pequeña abertura (seguramente para obligar a postrarse al turista descuidado):
Y es que la interpretación de Ur Kaśdim como “Ur de los caldeos” no es unánime. Mucha más lógica tiene que esta ciudad sea la Ur de Abraham.
Si uno observa el recorrido desde aquí hasta Hebrón es prácticamente una línea recta, y si se considera como es probable que los cuentos bíblicos referidos a los patriarcas son memorias diluidas de movimientos tribales, luce más consistente esta tradición que esa otra más popular que traslada el origen de Abraham al sur de Bagdad.
Por otra parte, el pueblo de Harran (Aram en la Biblia) situado en el centro del valle, no lejos de Urfa, parece ser el sitio de origen de los arameos, cuyo lenguaje por cierto todavía se habla en ciertos lugares no lejos de aquí. En la Biblia Aram es hermano de Abraham y ambos son originarios de Ur. La visita a Urfa podría prolongarse ciertamente, hay muchísima historia por develar.
Para despedirme no podía dejar de visitar el “castillo” de origen romano que tiene una hermosa vista de la ciudad, donde suben muchas personas simplemente a tomar el aire o a hablar por teléfono…
No relataré la corta estadía en Urfa ni el largo regreso a casa para no hacer tediosa esta dilatada explicación, que concluiría una nota viajera de mucho interés personal si no fuese totalmente inventada.