No puedo asegurar que fue premeditado o ni siquiera voluntario. Cuando se lleva rato en una cola, mirando una inusual cola de caballo que va adelante de nuestro vehículo la idea surge espontánea: hay que tomarle una foto. ¿Y las condiciones de luz, enfoque, movimiento, etc.? Se revisarán después.
Y después, uno se da cuenta de cómo “creaba” Pollock su arte. Lo bueno de esta manera digital es que la pintura no chorrea.