Quienes hemos participado en la mayoría de las elecciones de Venezuela y conocemos de primera mano la clase de políticos que se generan en nuestra sociedad tendemos a menospreciar su labor. En ocasiones no provoca votar por ninguno, y otras, ni siquiera ir a votar.
Pero esta vez es una de las pocas que me ha dejado satisfecho. Acabo de llegar de votar, y voté por quien quería. Cierto que me costó un poco porque no era evidente su ubicación en el tarjetón electoral, pero lo conseguí y voté igual para los cuatro puestos parlamentarios que hoy se elegían.
Desde hace mucho tiempo me ha parecido que nadie es serio, nadie trabaja para uno, nadie te representa, nadie es un buen candidato y nadie viene trabajando desde hace tanto tiempo por los tan necesarios cambios que el país requiere. Nadie me convence. En este panorama, no había otra opción lógica, entonces voté por nadie ; el mejor candidato.