Es cierto que para cualquier transeúnte estar en la cola produce múltiples emociones que van desde la tristeza hasta la ira (aunque es posible que las emociones alegres no se desarrollen igualmente), pero para este pobre árbol la cosa debe ser peor.
No sólo ha aguantado por años el paso lento de vehículos contaminantes y contaminadespués, sino que lo obligan a ver pasar al cadáver de sus congéneres y anticipar su futuro de la peor manera…