En estos días aparece un trabajo de Bradely E. Shaefer (Universidad de Lousiana) de lo más interesante. El autor es astrónomo y su principal interés -según informa él mismo- es “usar fotometría de objetos que explosionan para obtener resultados de interés para la cosmología”; pero el trabajo de marras, publicado en su sitio antes que en el ‘Journal for the History of Astronomy’, no tiene aparentemente nada que ver con eso.
Se trata de un análisis del Atlas Farnesio, el titán que lleva el mundo en sus hombros. La escultura es -según los expertos- una copia romana del segundo siglo, pero la original sería griega y anterior al inicio de nuestra era.
El globo tiene grabadas 41 constelaciones en sus posiciones relativas y figuras tradicionales, así como las líneas del ecuador y trópicos, pero ninguna estrella individual. Antes se habían propuesto como orígenes probables de estas configuraciones al Almagesto de Tolomeo; o una obra de Arato, o de Eudoxo, o… el mismo Shaefer dice que hay muchas posibilidades razonables para fecharlas según están registradas en el globo de este Atlas.
Después de 70 fotografías, conversiones y procesamiento matemático, concluyó que la fecha de las observaciones es 125 a.C. más o menos 55 años. Y está muy convencido de este resultado. Así que comparando esa fecha con los catálogos estelares más famosos de diferentes épocas y -por lo tanto- con sus autores, encuentra que el único que puede haber dado origen a esta representación es Hiparco (de Nicea, siglo 2 a.C.); famosísimo astrónomo, a quien se atribuye el descubrimiento del movimiento de precesión, y que elaboró un catálogo de estrellas del cual no quedan sino referencias parciales en otros trabajos.
Pues según Shaefer, es ese catálogo de Hiparco el que fue utilizado como patrón para la elaboración de la escultura. Por una parte, todos las referencias existentes de ese catálogo se corresponden en el globo, y por otra, el globo contradice todas las fuentes que se han propuesto alternativamente; así que Shaefer imagina que Hiparco construyó un modelo en forma de globo de su ahora desaparecido catálogo y el escultor original (presumiblemente griego) copió ese modelo.
Luego, el escultor romano utilizó esa estatua -ahora también desaparecida- para crear la existente en el Museo Arqueológico de Nápoles.
Lo más interesante, de ser cierto lo que presume Shaefer con tanta convicción, es que ahora se dispondría de una copia completa del ¡ catálogo desaparecido de Hiparco!