Hace algún tiempo comenté sobre la relación que había establecido Brad Shaefer entre el globo de la escultura conocida como Atlas Farnesio y el desaparecido catálogo estelar de Hiparco.
Hay novedades: Dennis Duke publica una refutación en la que muestra que Hiparco no es la única fuente posible para la distribución estelar del globo. No amilanado por eso Shaefer aparece como autor de un trabajo que “encuentra los padres del Zodiaco”. Pero como bien explica Daniel Marín, el posible aporte de Shaefer se limita a precisar la fecha de la lista estelar asiria conocida como MUL.APIN bien conocida según parece en los círculos astro-históricos y que se supone es del siglo VII a.C., pero cuyas fuentes deben ser más antiguas, y el propio Marín comentaba hace ya un año que serían de alrededor del año 1000. El trabajo de Shaefer postula la fecha de 1370 a.C. más o menos cien años.
El asunto es que estas tablillas cuneiformes son la referencia más antigua -sea cual sea la fecha exacta- en las que se mencionan las constelaciones del Zodiaco: en MUL.APIN se denominan muy apropiadamente el camino de la luna y son diecisiete, algunas de las cuales coinciden con las actuales incluso en el nombre o connotación, como Tauro (quijada de toro), Géminis (los grandes gemelos), Cáncer (el cangrejo), Virgo (el surco de la siembra), Sagitario (el arquero), etc.
Los creyentes de la astrología tendrán seguramente una explicación para la reducción del número de constelaciones y para justificar la influencia de las fechas “exactas” que las actuales doce constelaciones tienen en los acontecimientos humanos… pero seguramente también será mejor no escucharla.