Nada mejor para provocar la curiosidad que la falta de información. Es lo que pasa con la casi mítica ciudad (o región) de Tartesos, mencionada aquí por Herodoto, allá por Estrabón y poco más, afamada por su producción de plata y perdida para la historia ya desde el siglo V a.C.
Con esos pocos indicios se acostumbra a situarla en el suroeste de la península ibérica. Algunos dicen que la ciudad estaba en Cádiz o cerca, otros en Huelva, y otros en cualquier otra parte. Sin embargo, lo que sí hay con alguna abundancia es restos epigráficos (como el de la imagen, de Wikipedia) atribuidos a la cultura tartesia y cuya grafía ha sido descifrada , esto es, se le han dado valores sonoros a sus signos, pero no se conoce el lenguaje en el que fueron escritos ni su significado.
Pero hipótesis no faltan: fenicio, ibero, vasco (cómo no), etc. En ese contexto, John T. Koch, un experto en lenguas célticas ha estudiado aquellos vestigios y encuentra una cantidad de relaciones con varios lenguajes celtas (documento PDF).
Koch -basado en los trabajos previos de muchos otros investigadores- analiza una gran cantidad de palabras, su razonamiento se puede ver en una muestra:
ariariśe: “para Ariorijs”, comparar con el hispano-céltico ARIOVNIS MINCOSEGAEIGIS; el galo Ario-manus atestiguado cinco veces en inscripciones romanas de Austria; Ario-uistus, Ario-gaisus, y Ariíos.
Koch menciona que en muchos casos es posible interpretar los textos como frases funerarias en un lenguaje céltico, lo que concuerda con la existencia de lenguas célticas en el sur de la península ibérica en los siglos previos al V a.C. Las implicaciones serían importantes para el estudio de la dispersión celta y el poblamiento de Europa, entre otras interesantes derivaciones.