En las sociedades pre-estatales de todo el mundo -desde los Yanomami del Amazonas hasta las tribus de Nueva Guinea y los Inuit del Ártico- una escasez de mujeres casi invariablemente dispara la competencia entre los hombres, no sólo directamente sobre las mujeres, sino también sobre la riqueza y el estatus social requerido para ganarlas. Esto es exactamente lo que encontramos en Homero. Los hombres homéricos pelean por muchas y diferentes cosas, pero prácticamente todas las disputas se centran en los derechos sobre las mujeres -no sólo el famoso conflicto sobre Elena, sino también sobre las esclavas Briseida y Criseis, la esposa de Odiseo Penélope, y todas las innombradas mujeres de los troyanos comunes. Como grita el viejo consejero Néstor a sus anfitriones griegos “¡Nadie se apure a regresar a casa hasta que haya conseguido la esposa de algún troyano!”
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2008-09-29
Una lectura de Homero
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