Cierto revuelo (1, 2, 3… etc.) ha ocasionado el descubrimiento o más bien publicación del descubrimiento de un bloque de piedra en Jerusalén, o más bien lo que queda del bloque pues se trata solamente de la mitad del original ya que la otra mitad había sido descubierta en el siglo XVIIII y por añadidura fue horadado en algún momento para cubrir una cisterna como es bastante evidente.
La inscripción en alfabeto latino , una vez juntadas las dos piezas e interpretadas por quien sabe de eso, dice:
Al emperador César Trajano Adriano Augusto, hijo del divino Trajano Pártico, nieto del divino Nerva, Pontífice máximo, en su XIIII potestad tribunicia, III consulado, Padre de la Patria, la Décima Legión Fretensis Antoniniana (dedicó el monumento)
Aparte de testimoniar una vez más la relación de chupamedismo entre tropa saqueadora y dictador, el texto muestra que la Legión dedicó tal zalamería a Adriano con ocasión de su visita a Jerusalén colocando probablemente la gigantesca inscripción en un arco en una de las entradas de Jerusalén (y parece que había varios arcos similares).
Se sabe que Adriano viajó por casi todas las provincias del Imperio y en ese recorrido había estado en Palestina, pero la fecha era aproximada, la inscripción deja claro que se trataba del año 14 de Adriano como tribuno, lo cual -parece ser- corresponde al año 130 d.C.
Esto quiere decir que la visita fue anterior a la famosa revuelta judía de 132-135 y quién sabe si en alguna medida provocada por la presencia del emperador. Porque para esa época nada quedaba de la ciudad y Adriano se propuso crear una nueva ciudad al estilo romano, que los infaltables chupamedias nombraron usando su segundo nombre Elio (o Ælius): Ælia Capitolina.
Unas fuentes dicen que se proponía restaurar el templo judío y que unos envidiosos le hicieron cambiar de idea; más creíble parece que siguió su plan de construcciones monumentales como había hecho en otras partes del Imperio.
Según cuentan, hizo construir las principales calles de la nueva ciudad y algunos templos; uno a Venus/Afrodita y al menos otro a Júpiter. Tanto las calles como los templos siguen siendo de cierta manera hitos de la ciudad actual: donde estuvo el templo de Venus se encuentra la Iglesia del Santo Sepulcro, y en un lugar no precisado pero dentro de la explanada que constituye el denominado Monte del Templo se encontraba el templo de Júpiter y aseguran que también existía allí una estatua ecuestre del propio autócrata.
Supongo que eso es suficiente para enervar a algunos fanáticos judíos y fomentar el sangriento levantamiento que vino después (también puede ser que la construcción de esos templos se hiciese justo en los sitios considerados sagrados por los judíos y los pocos cristianos que hubiese en la época).
Quienes dedican la placa pétrea son los componentes de la legión 10ª Fretensis, que como el resto de las legiones imperiales son célebres por la cantidad de masacres que perpetraron. Tenía sede en Jerusalén y se han encontrado pequeños trozos de cerámica que atestiguan su presencia allí, este bloque inscrito parece ser la prueba de mayor tamaño hasta ahora.
Como se aprecia en la imagen el número 14 está representado como debería ser con el signo de diez más cuatro signos de unidad: XIIII. Resulta que la enrevesada manera de representar los números romanos que implica restas cuando en la lectura de izquierda a derecha se encuentra un signo de valor menor que el siguiente (IV en lugar de IIII, o IX en lugar de VIIII) es una argucia que desarrollaron quienes debían escribir con frecuencia los números y no era la regla general.
Mucho fastidio se habría evitado en las escuelas si simplemente se hubiese seguido la norma que supongo original: los signos de mayor valor primero y a continuación el de mayor valor restante y así sucesivamente.
Sólo se usaban siete signos, I, V, X, L, D, M, no era un sistema posicional y es de lo peor que se pueda concebir para realizar operaciones matemáticas… ¿cómo es que todavía se siguen utilizando tales números? ¿Misterio?
Misterio es que habiendo sido derruida la ciudad entera de Jerusalén y construida una nueva sobre sus restos, no queden suficientes evidencias como para saber dónde residía la legión 10ª, o dónde se encontraba el templo de Júpiter y quienes habitaron la ciudad (pues Adriano expulsó a los judíos). ¿No son las actuales murallas del Templo del Monte construidas por los romanos? Esa posibilidad -si no certeza- tiene implicaciones importantes para la ubicación del desaparecido Templo judío construido por Herodes, como se ha notado antes en alguna parte.
Dos mil años después, en honor del imperio perdido pero siempre deseado seguimos utilizando sus números y la relación entre autócratas y chupamedias sigue intacta, debe ser porque el desbalance de poder entre unos y otros es exagerado, así que lo que pudiera ser una simple solución para reducir la adulación (distribuir el poder) aun continúa siendo irrealizable en muchos lugares del planeta.