Esa que creo es una metáfora de la brisa marina -que arrastra un ave sobre las piedras de una isla emergida- es el título de la pieza más popular de la película ‘Los coristas’ o ‘Los niños del coro’. Un cambio en el modo de ver cine, sobre todo si uno no ha tenido oportunidad de evitar el que proviene de Jólibu; pareciera que sólo cambiar de idioma cambia también la manera de hacer películas, pero no, realmente es otra manera.
De hecho, en ‘Los coristas’ no hay ninguna persecución ni aparece ningún accidente de tránsito y el único “defecto especial” consiste en un incendio que no aparece en pantalla sino que se intuye por una nubecita de humo bastante pobre por cierto, y claro, por las acciones de los personajes.
La película está ambientada en la Francia de fines de los años cuarenta; una escuela en la que un maestro nuevo cambia las cosas aplicando la música para aplacar aquellas fieras. Según cuentan, el realizador Christophe Barratier recorrió buena parte de Francia buscando un coro de niños hasta que encontró a los Petits Chanteurs de Saint Marc en Lyon. Y fue una elección perfecta por lo que se aprecia.
La música es de Bruno Coulais, que me parece se ha hecho famoso gracias a la película -como el resto de los participantes- ya había realizado sin embargo varias bandas sonoras que ahora trataré de buscar. La pieza cuyo título copié es conmovedora y de alguna manera evoca el movimiento del mar…