Por sabrá Dios qué predestinaciones, en estos días he visto un grupo de películas que comparten un cierto tono y algunas otras cosas. Por ejemplo, todas son “históricas” y aprovecho eso para comentarlas en orden cine-cronológico.
300 (300, 2006)
Trata de tratar de la famosa batalla del paso de las Termópilas durante la segunda invasión persa a la Hélade. Lo mejor de la película es el título: no hace falta traducirlo y eso nos libró de posibilidades como “Leónidas contra el mundo”, “Batalla fatal”, etc.
Simplifica bastante el cuento (dicen que está basada en una caricatura), creo que es mejor y más imaginativo leer la versión original. Me llamaron la atención unos detalles insulsos como ese de que los espartanos van a una pelea sin corazas, con la única protección del escudo que tiene grabada la L de Lacedemonia, pero a noventa grados con lo cual más bien parece una C.
También, la intervención de la guardia de Jerjes denominada Los inmortales sin explicación; la explicación es que cuando se moría uno de los miembros era suplantado inmediatamente por otro… ¿? Luego, se podría decir con la misma propiedad que todos los ejércitos están compuestos de inmortales. Aquí, lo que se acaba es el ejército espartano y por supuesto los no mencionados de Tebas y otras ciudades que sumaban algo así como 8.000 hombres.
Apocalypto (Apocalypto, 2006)
Está ambientada en la Centroamérica de alrededor de 1500. Como buena película jolibudense la mitad se va en una persecución. Lo más notable de la cinta es el tema, que ha sido muy poco tratado en el cine (al menos, que yo sepa).
En este caso, se intenta plasmar la inevitable caída de cierto imperio maya, entre otras razones por una sequía inexplicable porque la selva se ve vigorosa y húmeda para no hablar del gran caudal del río que aparece allí.
El hundimiento (Der Untergang, 2004)
Describe los últimos días del Tercer Reich en abril de 1945. Esta sí que es una película recomendable, particularmente creo que deberían obligar a verla a todos los pichones de general que hay por ahí para que sepan de una vez a dónde conducen las ansias de conquista y de qué vale defender una idea matando gente.
El hilo de la narración se basa en testimonios contemporáneos, el principal es el de Traudl Junge, quien era la secretaria de Hitler en aquellos días y vivió para escribir un libro sobre el asunto (murió en 2002).
No debe ser casualidad que en estos años se estén creando películas que comparten el tema finalista, “de guerra” y además tan largas. ¿Será que todo el mundo siente el fin del imperio? Eso no explicaría de todos modos por qué ninguna de estas cintas dura menos de dos horas.