En la onda de re-mirar películas y después de muchos años de espera he podido volver a ver ‘La trampa de la muerte’ de 1982, dirigida por Sidney Lumet y basada en la obra teatral de Ira Levin, que según cuentan ha sido uno de los mayores éxitos en Broadway “de todos los tiempos”, que se desarrolla en dos actos y con sólo cinco actores.
En la película, los dos principales son Michael Caine y Christopher Reeve. Trata de un escritor de teatro ya mayorcito que percibe claramente su decadencia y ve su salvación en un aprendiz que le muestra un borrador brillante.
A partir de allí sigue una serie de cambios y engaños al espectador que hacen muy entretenido el asunto. De hecho, lo poco que recordaba de la trama es que la percepción de lo que sucedía cambiaba repentinamente a intervalos. Debe ser interesante verla en el teatro, pero la película mantiene más o menos el ambiente ya que se desarrolla con muy pocas excepciones en la sala de la casa del escritor.
Está además el personaje de una vidente famosa, consultada con frecuencia por la policía en casos de asesinatos y que intuye algo de lo que en efecto ocurre.
Una de las cosas que me agradó más es esta en la que la vidente dice, mientras se nota algo de mal tiempo en el exterior: “va a llover torrencialmente, habrá inundaciones y se caerán árboles”; a lo cual replica el aprendiz-secretario:
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“Pero… ¿está Ud. segura?” y la vidente responde:
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“Por supuesto, lo han dicho en la radio”.