Joseph Nagyvary, que parece dedicarse exclusivamente a analizar los violines de Stradivari, Guarneri y otros cremonenses del siglo XVII publica en PLOS un artículo en el que informa sobre análisis realizados a varios violines, violas y guitarras de los que deduce que los químicos utilizados para preservar la madera (entre ellos bórax) y los cambios que ellos producen son los responsables de la calidad del sonido de esos famosos instrumentos.
Este es un tema repetitivo, y que me veo casi obligado a traer de nuevo por haberlo hecho con anterioridad. En 2004, un estudio decía que una etapa climática conocida como el mínimo de Maunder habría hecho crecer lentamente los árboles de los cuales procede la madera. Hace ya algún tiempo el mismo Nagyvary achacó la calidad del sonido a los químicos utilizados para tratar la madera y éste reciente trabajo parece corroborarlo.
Sin embargo, como puede verse en la muy completa página de Wikipedia sobre el tema (que incluye la foto anexa), no hay acuerdo general entre quienes van por la densidad de la madera y quienes favorecen la idea de los químicos. De hecho, pruebas más o menos independientes en las que han participado connotados violinistas no han podido diferenciar un Stradivarius de otros violines de calidad más modernos…
Dicen aquí que Nagyvary vende reproducciones -no baratas- de violines construidos con técnicas de la época; quizá por esa razón la última frase del trabajo mencionado dice: Este reconocimiento puede motivar un cambio importante en la manera de procesar la madera comercial y también en el estado del arte de la fabricación de violines.