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2005-04-27

Laocoonte

Como suele suceder se está armando un revuelo desde que la profesora Lynn Catterson (Columbia) dió una charla el día 6 de este mes -y promete un libro- sobre el famoso grupo escultórico de Laoconte y sus hijos (en el Museo Vaticano):

Escultura de Laocoonte

Dice que es una ¡falsificación realizada por Miguel Angel!

Entre los argumentos, explica que la escultura fue encontrada en 1501, cuando Miguel Angel no era tan famoso; y que fue autenticada por él mismo. Este es uno de esos casos en los que se puede “suspender la incredulidad” por un rato, tiene intriga y trama policial. Como no he podido conseguir un trabajo original de Catterson, no conozco los demás elementos de su teoría; pero gracias a la Wikipedia me entero que la escultura fue desenterrada faltando el brazo de Laoconte, y que el papa Julio II (partícipe importante como interesado en el arte clásico y comprador del hallazgo) hizo un concurso entre escultores para completar la pieza.

Ganó la posición del brazo levantado, pero Miguel Angel había dicho que el brazo debía estar hacia la espalda… En 1957 se encontró el brazo original y efectivamente, era como había “supuesto” Miguel Angel… mmmmm… Pero el asunto no queda esculpido ahí.

El cuento de Laoconte y sus hijos es más enrevesado de lo que conviene a un cuento mítico. Por un lado, parece que fue Virgilio quien en su ‘Eneida’ describe que fue Laocoonte, sacerdote de Apolo en Troya, quien se opuso a la recepción del caballo y le atribuye la famosísima frase Timeo Danaos et dona ferentes, que hay quien usa todavía: “temo a los griegos aunque traigan regalos” (y esto por supuesto es extensible a cualquier grupo del cual uno sospeche).

Pero como bien ha investigado Herbert González Zymla, de la Universidad Complutense, hay otras versiones que dicen que Laocoonte era sacerdote de Poseidón. Otras, que el castigo ofídico fue debido a que faltó al celibato debido ¡ y en el mismo templo!

Otros dicen que clavó una lanza de bronce en el caballo, lo que ofendió a Poseidón, que le envió dos serpientes marinas. En unas versiones muere Laoconte y sus dos hijos, pero en otras queda vivo el menor de ellos, porque le había puesto el apelativo del dios ‘Timbreo’ (vengativo).

La variedad de versiones también está expresada, además de la escultura de marras, en una obra de El Greco:

Laocoonte por El Greco

y en un mural de Pompeya:

Mural en Pompeya


Actualización febrero 2022: He renovado las imágenes que tenían poca resolución y baja calidad por unas un poco mejores tomadas de OpenArtBrowser y de Wikipedia.



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