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2010-06-07

Miguel Angel, el patólogo

Esta reciente nota en Scientific American vuelve a machacar el asunto de la anatomía que Miguel Angel habría ocultado en los frescos de la capilla Sixtina; menciona este trabajo de un par de neurocirujanos recién publicado en el que relacionan uno de los paneles en el que se muestra a Dios -se sabe por la barba que posee, como todo el mundo sabe- en una posición algo extraña con una vista desde abajo del cerebro.

Lo que incomoda de la nota periodística es que no dice ni una palabra de la cantidad de antecedentes que hay sobre el asunto, que me voy a tomar el trabajo de poner en secuencia.

La cosa comenzó con este artículo de 1990 hecho por Frank Meshberger, un obstreta quien siendo estudiante se consiguió una imagen de la creación de Adán y enseguida le vino a la mente que se trataba de un corte del cerebro, casualmente lo que él había estado viendo todo el día. Meshberger supone que el mensaje de Miguel Angel era que más que creación de Adán se trataba de una transmisión divina del poder mental y de allí la utilización del cerebro.

En 2000, un nefrólogo de nombre Garabed Eknoyan publicó un trabajo dedicado a mostrar que otro de los paneles de la capilla, el de la separación de las tierras y las aguas, se corresponde a un corte de riñón, como debe ser por la función de este órgano; además, intuye que hay otros paneles que tienen alusiones anatómicas.

Sin embargo, en 2002 un resumen del asunto no lo menciona. En 2004 entran los brasileños, el médico Gilson Barreto junto con Marcelo de Oliveira publican un libro entero, El Arte secreta de Miguel Angel dedicado a las similitudes anatómicas encontradas en la capilla (noticia publicada en muchos lugares entre 2004 y 2005), que según ellos son más de treinta. Pero estos autores agregan el detalle de que Miguel Angel utiliza pistas para señalar qué partes de la anatomía utiliza en cada caso.

Para entender de qué similitudes hablamos se puede ver un ejemplo (toda la capilla Sixtina en 3D se encuentra en esta dirección).

Hombro y Sibila

La imagen de la “Sibila líbica” está en una esquina (¿hombro?) de la capilla y según Barreto allí se encuentra la coyuntura del hombro, claramente señalada por el querubín que apunta hacia su propio hombro.

Para apreciarla he colocado una radiografía de hombro más o menos en la situación apropiada; el hombro estaría oculto por el traje de la sibila y de alguna manera constituido por su cuerpo.

Como se ve (¿se ve?), hay que invertir la figura y fijarse mucho en el querubín; claro que Miguel Angel trabajaba sobre un andamio y quizá no le importaba el sentido de verticalidad. No debe ser casualidad que todos los que han descubierto este “código secreto” sean médicos, la capilla Sixtina parece una orgía desaforada con un montón de figuras humanas en cualquier posición y no luce difícil encontrar formas parecidas a órganos. Sin embargo, también es conocido el interés y el trabajo de Miguel Angel con la anatomía así que también es razonable suponer que utilizase ese conocimiento para encontrar inspiración y variedad. Relacionado: [una nota de 2005]



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