Leí ‘La pasión por Egipto’ de Daniel Meyerson, título en español de un libro cuya traducción más estricta sería ‘El lingüista y el emperador’ pero deben haberlo puesto los mismos que traducen los títulos de las películas gringas.
En fin. El caso es que el autor del libro pasa bastante trabajo a lo largo de las 200 páginas para tratar de convencerlo a uno de que está hablando de un tema en particular, pero no lo logra. Se supone que hay alguna relación entre Champollion, Napoleón y la piedra de Rosetta; así que cualquier cosa desde la biblioteca de Alejandría, hasta retazos de historia doméstica de los Tolomeos, pasando por los asuntos de Josefina y las invasiones que ha sufrido Egipto a lo largo de 4000 años justifican su presencia.
Claro que esto puede verse como una virtud del texto, piezas sueltas apenas relacionadas por el contexto geográfico y a veces temporal, integradas como un collage textual. Habrá a quien le guste. Pero a mi modo de ver, la historia y hazañas de Jean Francois Champollion son bastante más interesantes que las de Napoleón o cualquier otro invasor; así que los cuentos de Napoleón sobran allí.