Un colectivo con un objetivo. Alejandro conquistó medio mundo; Genghis tres cuartas partes; Hitler integró Europa; Bush invadió Irak.
Siempre habrá que preocuparse cuando un colectivo se orienta hacia un objetivo, particularmente porque el objetivo no suele calificarse de antemano; sin evaluación previa, sólo queda el arrepentimiento, para lo que sirve.
El poder de un colectivo orientado es atemorizante y quizás por esa razón muchos de los individuos que lo componen se alínean con él, para no estar fuera-enfrente.
Claro que también hay casos que resuelven cosas, y ahora con esto de las y-que-nuevas tecnologías la cosa puede llegar a grados insospechados.
Hace ya tiempo me sorprendió la noticia, publicada en Toronto, en la que se narraba la búsqueda que hizo la policía en un caso de pederastia. Publicaron fotografías alteradas para eliminar a la víctima que aparecía en ellas, que fueron tomadas por el delincuente en un sitio indeterminado (como la de abajo).
En menos de una semana establecieron que se trataba de un hotel en Florida (que es bastante lejos) gracias a dos personas que habían pasado vacaciones allí e incluso tenían fotografías para ratificar el asunto. No supe si con esto pudieron capturar al insano, pero estoy seguro que la policía nunca -o casi- habría encontrado el lugar de los hechos con otros métodos.
El anunciadísimo “estreno” del séptimo libro de Harry Potter ocurrió como se esperaba el día 27 de julio; la versión en español se espera para dentro de unos seis meses. No habían pasado cuatro días cuando apareció publicada una traducción completa, aunque quizás algo más imperfecta que lo habitual, realizada por contribuyentes anónimos y por supuesto fanáticos de la serie, que se repartieron capítulos y lograron ese record de traducción. Son atisbos apenas de lo que se podría lograr con el trabajo conjunto de gente dispersa y desconocida… pero, ¿quiénes establecerán los objetivos? Muy preocupante.