PsicoexcesosPsicoxHistorias y cuentos

2004-08-30

Rennes-le-Château

Horas de lectura prácticamente perdidas porque me dejé llevar por la moda. Revisé una cantidad de textos sobre el excesivamente famoso asunto del padre François-Bérenger Saunière y su repentina fortuna, que le permitió construir lo que narran como un pequeño emporio, muy por encima de los recursos de un cura de fines del siglo XIX.

Cuando empecé a ver analogías geométricas (pentágonos y círculos) aplicados al paisaje de Rennes-le-Château sospeché que no iba por buen camino. Las interpretaciones (mayormente anglosajonas) de la construcción de la iglesia, el cementerio y la torre Magdala (todo esto anexo y formando parte de un conjunto en un extremo del pueblo) se centran en el hallazgo de un tesoro, (cuando no de varios) por parte de Saunière, o bien en el acceso a un poder desconocido, o bien a que consiguió una prueba de la descendencia de Jesús (que se habría casado -o arrejuntado- con María Magdalena), o en la relación de esta pequeña iglesia con el Priorato de Sión; la aparición del Arca de la Alianza; etc., etc., etc.

De verdad que sería tiempo perdido sino fuera porque en la red también hay gente seria. En este caso hablo de Paul Smith (en inglés) y Bernardo Sanchez da Motta (en portugués). Ambos tienen páginas dedicadas a ‘componer’ el entuerto y a explicar hasta la exasperación cada detalle del mito construido alrededor de esta aldea francesa y su iglesia.

Pues resulta que la verdadera -y muy efectiva- manera de conseguir fondos del cura Saunière no era otra que ¡la venta de misas! Pero a nivel industrial, no como hacen los curas parroquiales que cobran o aceptan una donación por dar una misa en nombre de algún difunto y la dan; no, Saunière cobraba pero no había manera de que pudiera dar las más de 100.000 misas que le encargaron de sitios de toda Francia y parte del exterior.

Esto ocurrió durante más de 15 años y aunque (según Motta) Saunière hizo el esfuerzo de dar las misas encargadas por correo, para 1892 ya llevaba más de 6 meses de atraso y llegó al punto en que dijo “hasta aquí”. Todo esto está suficientemente demostrado con copias de documentos manuscritos por el mismo Saunière y por las trazas del proceso que sufrió cuando un nuevo obispo se interesó por sus gastos y cómo los había obtenido; de lo que siguió su expulsión de la diócesis (o más bien, su dimisión forzada).

Smith publica un capítulo del libro de Jean-Jacques Bedu, ‘Rennes-le-Château - Autopsie d’un mythe’ (1990) donde se explican al detalle las transacciones. Por otro lado, el cura era querido y apreciado en su pequeña parroquia y el pueblo no llevó bien el asunto.

Y sí, la iglesia de Rennes-le-chateau está dedicada a María Magdalena desde su fundación, parece que anterior al siglo X. En cuanto al ‘Priorato de Sión’, resulta ser una farsa confesada por su inventor, un tal Pierre Plantard quien se quería hacer ver como descendiente de la dinastía merovingia y candidato al trono de Francia. Fue ayudado por Philippe de Chérisey, que forjó unos “manuscritos” supuestamente encontrados por Saunière en su pequeña iglesia. Puro cuento, desmontado hace más de 10 años en Francia, y todavía hay infinitos sitios en Internet donde se repiten los montajes de Plantard y Chérisey como si fuesen hechos reales.

Al final, lo que queda de misterio es mínimo, aunque también interesante. Y no cabe duda que la vista desde la torre Magdala es magnífica…



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