Se conservan sólo 26 cartas escritas por Simón Rodríguez. He leído una edición reciente no muy buena (aunque el papel era excelente) y me he convencido de que Rodríguez tenía la intención “epigramatical” en sus venas.
Las cartas son un tenue reflejo de sus pensamientos y una expresión más bien fuerte de sus pesares y dificultades vivenciales, como lo dice en carta al general José Trinidad Morán:
Escríbame a Lambayeque, y si puede mándeme un socorro, porque estoy como las putas en cuaresma, con capital y sin réditos
O al obispo Pedro Antonio Torres, le dice consciente de su valor pero también de su estado:
¿Qué le parece, amigo, la suerte de un hombre, que con su pluma, su boca y su dinero ha hecho tanto por sacar a los pueblos de la miseria, y a sus Jefes de la indiferencia?
A pesar de todo, nunca aceptó un cargo público sino era en educación. Explica un concepto sobre los cargos y la administración pública en grandes territorios a Anselmo Pineda:
La delegación (de poder) debe considerarse como un juego de alargas, que el soberano pone a su brazo, para alcanzar a los términos de su imperio. Cada alarga se compone de muchas piezas, añadidas unas a otras, y, por error, escogen los soberanos las peores para las extremidades.
Aquí cae bien el refrán español “Quien quiera ver a un ruin, dele un cargo”.
Si el que manda no ve el alto gobierno en el bajo, yerra, creyendo acertar.
Su relativa fama era debida a su cercanía a Bolívar. Narra Manuel Uribe Angel que al ser presentado a Rodríguez en 1850 no se le ocurrió mejor cosa que decir lo siguiente:
“Señor don Simón, tengo mucho gusto al conocer y saludar al maestro de nuestro Libertador”. El viejo Rodríguez, con una risita que me pareció sarcástica, me contestó: “fuera de ése, tengo algunos títulos para pasar con honra a la posteridad”.
La “sociedad” de la época lo tenía por loco y desadaptado; él se consideraba ciudadano del mundo, que no es vaca para tener querencia, y era tratado como extranjero donde quiera que iba:
Ese hombre que el vulgo llama, por desprecio…
COSMOPOLITA !
Cuidado con decir que mi tierra es estéril… porque yo soi de allí (es patriotismo!)
¿Qué tiene U. que ver con lo que luce aquí… si U. no es de aquí (es celo patriótico!)
El cosmopolita calla porque teme o porque no puede hacerse entender pero dice, entre sí, no hay cosa más patriota que un tonto
En otra carta, a Roberto Ascázubi, adelantándose por décadas a las situaciones reiterativas de la sociedad americana:
Así son las circunstancias en que se halla el Ecuador… hasta que los pensadores del país, no adviertan que, no es la persona que manda, sino el sistema de gobierno qe lo pone a mandar, no darán con lo que desean. Será otro el presidente, pero tendrá las mismas facultades, para hacer lo que le parezca. …
Al rei no volvemos, ni a la república llegamos… ¿que haremos?… pensar , en lugar de imitar
Y una muestra de su claridad conceptual, cuando a Manuel Carvajal le expresa que no tiene suficiente tiempo para
la exposición de mi parecer sobre la libertad de Imprenta (mejor sería decir Libertad de Instruirse , porque los manuscritos, las conversaciones y las lecciones públicas entrarían en la idea)…
En fin, es relativamente fácil entresacar epigramas didascálicos en cualquiera de las obras de Simón Rodríguez, que como suele repetirse era hombre “principista” y “problemático”… como si no fuera la misma cosa.