2016-09-04

Ideas

Con un relativo retraso de diez años acabo de ver la película aquella V de vendetta y la encuentro confusa, o al menos tan ambigua como la pose de Stephen Rea (un actor favorito que trato de ver en cualquier película que actúe) que no se sabe si es un conspirador, un espía, un sabio o un tonto.

Stephen Rea

Comenzando con la famosa máscara y disfraz del protagonista, V. No se entiende. Veamos, se entiende algo cuando te dicen que desde hace cuatro siglos en Inglaterra se celebra la Noche de Guy Fawkes , una especie de ‘quema de Judas’ a la anglicana, que recuerda la noche del 5 de noviembre de 1605 cuando un grupo de católicos fanáticos iban a volar la Casa de los Lores con el rey James (Jacobo I) incluído, pero alguien delató por carta el golpe y todos los conspiradores fueron ejecutados. Entre ellos el tal Guy Fawkes que custodiaba la pólvora que provocaría la explosión.

Aún así, ¿qué sentido tiene eso? Era el Guy Fawkes un paladín por la libertad o simplemente un fanático católico terrorista. Qué sé yo. En todo caso, la alusión es confusa. Que Alan Moore lo explique (autor del comic original, quien por cierto nunca estuvo de acuerdo con el enfoque de la película; pero quién tiene la paciencia para leer las novelas gráficas originales a estas alturas).

Enmascarado

La quema de la efigie/muñeco de Guy Fawkes, muy popular hasta el siglo antepasado, hizo popular el término “guy” para referirse al muñeco y por similitud a una persona vestida estrafalariamente y de allí se extendió para aludir a “cualquier tipo”. De las cosas que uno se entera por tan solo leer un poco. Según dice la Wikipedia, Moore retrataba en los comics un enfrentamiento entre fascismo y anarquismo, lo que explicaría algunas conductas del protagonista que es un terrorista redomado poseído por un deseo de venganza muy al estilo del Conde de Montecristo como recalcan en la película.

El tema, de todos modos, se siente cercano; dos polos de fanatismo que se oponen y no terminan de anularse (que sería lo que el cosmos agradecería). Seguro hay varias lecturas de la película, y no diremos que no tiene sus cositas interesantes, pero no fue sino hasta casi el final cuando realmente me llamó la atención, todo por este diálogo cuando uno de los malvados (el Sr. Creedy) dispara repetidas veces a V y como no termina de caer le dice:

¡Cuán cierto! Las ideas son indestructibles, un pensamiento terrible. Cuánto idiota anda por ahí con una idea y no la cambiará ni por disparos ni por argumentos. Si se revisara la historia humana recontando cada una de esas ideas que inspiraron y dirigieron eventos tantas veces mortales se haría evidente cómo se habría podido evitar un montón de maldad simplemente cambiando de idea… No hay nada peor que una idea fija, más aún si se lleva hasta los extremos. Y quizá es en ese punto donde el personaje V termina siendo igual al estereotipado ‘dictador pantallero’ interpretado por John Hurt, que aparece con toda su parafernalia en esta imagen (incluyendo a los súbditos o como los llaman por acá focas ).

Dictador genérico/tapa amarilla



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