No deja de ser un toque de antiarrogancia que no haya sido sino en el siglo XVI cuando empieza la humanidad -o parte de ella- a tener una idea más o menos clara de la forma de las tierras, de hecho sólo cuando se acercaba 1800 es que los mapas empiezan a ser precisos en longitud y latitud. Los primeros mapas del continente suramericano muestran por una parte lo poco que se conocía y por otra lo mucho que ya se había descrito en menos de 100 años de conquista europea.
Hay tres mapas más o menos de la misma época que representan al continente completo. El primero se atribuye a André Thévet que no era cartógrafo (como se puede notar) y que seguramente está extraído de su obra sobre una colonia francesa en Rio de Janeiro Singularities of France Antarctique publicada en 1557 aunque el mapa debe ser posterior (1577 aparentemente):
Los topónimos que van a ser habituales en sucesivos mapas ya aparecen aquí. Beneuezla (sic), Caribana, Paria y Cariaco en el área que conocemos. El río Orinoco no destaca, como sí lo hacen el Amazonas y el Rio de la Plata, el resto muy grosso modo. La única representación de gente aparece en la Antártica incógnita como cosa curiosa. Resulta una representación algo rechoncha del continente.
Sin embargo el mapa de Abraham Ortelius que sí era cartógrafo (y relacionado con Mercator) no es mejor. Forma parte del Teatro del mundo considerado el primer atlas del mundo entero. Tiene aún menos topónimos pero los ríos (Magdalena, Amazonas y la Plata) están más detallados.
Así, llama la atención que el mapa de Diego Gutiérrez publicado en 1562, sea mucho más completo que los anteriores. Esto se debe seguramente a que fue un encargo de la corona española con el fin de dejar bien establecidos los alcances del imperio. La impresión se hizo en Amberes, parece que porque en España no existía un editor con la suficiente experiencia. Durante un siglo fue el mapa más grande de América. Aquí se muestra solamente el continente suramericano pero el mapa incluye Norteamérica (con la primera mención de California) y costas de Africa y Europa.
Es evidente y previsible que los detalles están en la costa y la representación del río Amazonas es artificiosa pero muestra la localización -y nombre- del lago Titicaca.
Al norte del ecuador, en este detalle:
aparecen muchos topónimos que todavía existen como la laguna de Maracaibo,cabo San Román, Coro, todas las islas (Aruba, Curazao, Bonaire, Aves, Roques, Margarita, Frailes y la cadena de las Antillas), y por supuesto Benezuela y Paria o Nova Andalucía separadas por el río Unari. No aparece Cumaná pero sí Santa Fe. El Orinoco sigue faltando y prácticamente no hay información alguna en el área más interna, los llanos, Andes, etc.
Un mapa valioso del que sólo se conservan dos copias y que ha sido utilizado en juicios limítrofes internacionales. No obstante, leyendo ciertos topónimos cuesta creer que haya sido un cartógrafo sevillano quien realizó este mapa. En la zona actualmente colombiana se menciona a Castiria del Oro en lugar de Castilla del Oro y así hay otros nombres aparentemente mal escritos y una mezlca de latín y español, no sé si serán errores de transcripción al flamenco (de Amberes) o simplemente que así se escribía en aquellos tiempos.