Nada extraño en ello si fuese hace 4500 años; pero el hecho de que sea actual requiere algunas puntualizaciones.
El Egipto actual está conformado en un 95% de desierto; en veinte años su población ha pasado de 20 a 70 millones de habitantes que viven a lo largo del viejo valle del Nilo y según algunas cuentas llegará a 120 millones en los próximos 20 años.
La provincia del Valle Nuevo ocupa todo el suroeste del país, tiene 360.000 kilómetros cuadrados y menos de 200.000 habitantes. Poblar esta región amplía las posibilidades de crecimiento y de producción agrícola. Un crecimiento “hacia dentro” del propio país.
Denominado proyecto Toshka o del Valle Nuevo esta obra ampliará supuestamente el área habitable de Egipto hasta un 25% mediante el desvío de agua desde Assuan hacia el desierto. En la primera imagen satelital se ve el trazado del canal. En los años 90 el exceso de agua represada en Assuan fue derivada hacia el desierto y formó algunas lagunas que luego se fueron evaporando. No sé si eso fue planificado o casual y sirvió como estímulo para el proyecto que se propuso en 1997.
El agua de Assuan debe elevarse para llegar a la zona elegida; de entre 140 y 180 metros sobre el nivel del mar a más de 200. La planta de bombeo es inmensa y envía millón y medio de metros cúbicos al día. Fue inaugurada en 2005. El problema del agua o más bien de su carencia ni siquiera es percibido por algunos países; en el norte de Africa sí que están atentos a la situación.
El proyecto Toshka supuestamente no utilizará sino la cuota asignada a Egipto en el Tratado del Nilo (1959) que es de 55.000 millones de m3. al año. Quien ha visto no uno sino varios proyectos de regadío construidos y abandonados no puede sino dudar del éxito de un proyecto como éste cuyos resultados se comenzarán a ver en unos 10 años.
Ojalá no quede como las pirámides.
Actualización Marzo 2015: La cosa no se ha quedado allí, ahora están promoviendo la extensión de El Cairo en una nueva localización, previendo que para 2050 tendrá unos 40 millones de habitantes (y quién sabe si se quedarán cortos). Estará hacia la vía que lleva al Mar Rojo.