vehículo de opinión universitaria, número 22, 13 de diciembre de 1995
Contenido:
Delia Barreiro Pérez
"No debemos erigir murallas de China contra nada ni
nadie.
Las ideas vuelan por encima de las murallas"
Camino de imperfección
A Rufino Blanco Fombona (1874-1944), todos aquellos que lo conocieron o juzgaron, lo califican como un ser polifacético, de avasallante personalidad, atrevido, un hombre que, en la vida y en la literature, respondía a un carácter fuerte, atrabiliario, obcecado, tenaz, apasionado por la divulgación de nuestra literatura en el mundo de habla hispana.
Hizo movilizar crueldades, pero fue en defensa de su ideal o de su obra, ya que fue permanente en su alma el entusiasmo y la pasión; de ahi que busque el combate, la admiración o el odio irrestricto, imponiéndose sobre la calumnia, la injusticia y la persecución.
Son muchos también los que coinciden en señalar su obra como la de un hombre que acomete con criterio crítico, rigorista y apasionado, el enjuiciamiento de un momento crucial de nuestras letras, o bien, que su obra está saturada de pasión política e intención satírica, viniendo a ser en conjunto una visión apasionada, pero a ratos objetiva de las luchas ideológicas en la Venezuela de fin y principio de siglo.
Su producción literaria destaca por su extensión y variedad: libros de crítica histórica, poesías, novelas, cuentos, ensayos, articulos periodísticos, etc., y aunque en su país, Venezuela, fuese prácticamente un desconocido, era considerado el hispanoamericano más leído y conocido en Europa en las primeras décadas del siglo XX.
La afirmación anterior se confirma, cuando en 1927, la Real Academia Española de la Lengua y El Ateneo de Madrid, postulan a Blanco Fombona para el Premio Nobel de Literatura, siendo apoyada tal postulación por algunos países latinoamericanos; pero... hasta Estocolmo llegan las presiones del gobierno venezolano y por supuesto del General Gómez para impedir tal designación, y aunque no haya obtenido el premio, la sola inclusión de su nombre y la calidad de los proponentes constituyen, sin duda, un aval para su obra.
La vida y las letras de Blanco Fombona tienen su base en la reacción antibárbara de las postrimerías del siglo XIX comienzos del XX; es la version existencial y estética de la inconformidad individualista que preconiza la soledad, del odio a las formas dictatoriales, de la defensa del continente iberoamericano ante el creciente avance de las técnicas politico-económicas del imperialismo europeo, pero fundamentalmente del yanqui, que comenzaba ya a vislumbrarse en toda su rapacidad.
Una vez sentada esa línea política antimperialista, nunca se apartará de ella, defendiendo la nacionalidad contra cualquier potencia extranjera. Con respecto a lo anterior, es impresionante lo que señala Blanco Fombona, sobre un artículo publicado por el periodista inglés Stead en un diario francés, referente a la supuesta deuda de Venezuela con algunos países europeos.
En su diario "Camino de imperfección", el 20 de septiembre de 1906, el autor presenta un cuadro donde se comprueba que Venezuela, a quien se tachó de mala pagadora, lo único que hizo fue defenderse y no dejarse robar. Véase lo que fueron a reclamar, a cañonazos en 1902, Alemania, Inglaterra e Italia; y lo que los Arbitros europeos reconocieron, a pesar de su largueza, como debido en justicia.
Suma total de reclamaciones Suma reconocida Bs. Bs. Alemania 7.376.685 2.091.908 Inglaterra 14.743.572 9.401.267 Italia 39.844.256 2.975.906 Estados Unidos 81.410.952 2.182.253 Holanda 5.242.519 544.301 España 5.307.626 1.974.718 Suecia & Noruega 1.017.701 174.359 ------------ ----------- 147.573.311 19.344.712
Esto sucedió hace casi cien años, sin embargo hemos retrocedido en lugar de avanzar, respecto a la defensa de nuestra soberanía y derechos.
Siguiendo con Blanco Fombona, acotaremos que este escritor pagó con veintiséis años de exilio fuera de Venezuela y la total extinción de su nombre dentro de la patria, el hecho de defender la nacionalidad y los valores Eticos. Perseguido continuamente por los agentes del dictador Juan V. Gómez, no se detuvo en su escritura contra un hombre al que despectivamente llamó "Gomecillo de Pasamonte", "Juan Visonte Gómez", "el gobernador de Gomezuela", etc., y contra un régimen que satíricamente definió como "barbarocracia", extrajo sus fuerzas del sentimiento del que encarna lo mejor de la nacionalidad, mientras los demás intelectuales (por lo menos muchos de ellos), comían apaciblemente de la mano del dictador.
La Venezuela de su tormentoso tiempo se agita, se desgreña y padece. El escritor, mezclándose a la angustia común, ha recogido el patetismo, el rencor, y la desesperanza de los peores días de la Patria. Y digo los peores porque aún están por escribirse los que vivimos en este final del siglo XX.
Conjurando un desamparo: (viene del número 19)
Dora Andara
Para Toni En el principio fue el verbo. La Biblia Hay que aprender a morir, en eso consiste la vida. Rainier María Rilke
Paz a sus restos. Es una expresión tan hermosa, difícil de pronunciar sin advertir en los labios el soplo de la substancia, sin avanzar a un clima de invocación, al territorio de cierta entrega. Paz. Cuando alguien dobla sus rodillas o no las dobla, se tiende o no se tiende, camina o no camina pero siente la mudez que busca hablar detrás de cada rostro, cada hoja, cada instante, se apronta a la batalla decisiva, a la ausencia de armas. Rescatar alguna chispa en tal intersección de espejos -lo designado y su deseo, el grillo del recluso y su ala, la cosa y su respiración- es darse a un gesto cuya Unica victoria es hacer templo y pertenencia; "nombre y residencia" diría Shakespeare, para "una cosa excesivamente justa y que no puede hablar", concluiría Juarroz.
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Acogida en su substancia, paz deja de ser sustantivo y se posa en el verbo, como en gramática primigenia. Paz: Wallace Stevens: "La tierra, para nosotros, es plana y desnuda. No hay sombras". Paz: Ezra Heyman, todos los días allí, todos los días atento a tu palabra como un sol que te abrazara con una intimidad de libro, Paz: Virginia Woolf: "Mis raíces descienden hasta las profundidades del mundo, a través de tierras secas, de rocas, de húmedas tierras, de vetas de plomo y plata". Ellos cuán sobriamente, cuán elegante y contundente la hacen; nunca se pusieron al cuello aquel signo de los sesenta, no arengaron ni proclamaron con vértice ampliado entre dos dedos, no invitaron multitudes a perecer en su nombre. Estar, permitir al cuerpo toda escucha, puntuar el silencio y en ese pequeño esfuerzo de gigante nacer palabra, sostener el silencio; en lo inmenso guardar al humano, en lo humano sostener la noche y recoger el sol. Poetas, ¡Torres de Dios... pararrayos celestes, rompeolas de las eternidades...! Así nos lo recordó Ludovico Silva usando las palabras de Rubén Darío.
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Cuando decimos "Paz a sus restos" ante la muerte de alguien amado ¿a qué verbo nos abocamos? ¿acogemos? A veces, la mayoría de ellas, es sólo costumbre sin culto, confusión de negro con oscuro, miedo con sensación de misterio, apurar lágrimas -a dosis-, el viejo saludo y la vieja bandera, "el show debe continuar" en términos indeciblemente profanos. MAquina y función, persistencia en la errancia.
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Continuar.
¿Lo puede un humano?, ¿dar vueltas y pretender morderse la cola por
siempre?. Conserva las garras pero la cola, admítalo o no, se
perdió. Se perdió como la muñeca aquella que dejáramos una vez
sobre la silla cuando una mano al juego nos invitó. ¡Una mano!:
milagro, asombro, delicia, encanto del absoluto espejo hasta que se
hizo rotunda la diferencia, al voltear ¡la muñeca que sólo daba
silencio ya no estaba! y enfrente, ¡el mundo a quemarropa!
¿Continuar?, ¿con el sueño de vida traspasado?
¿Olvidar?
Borges diría imposible: "Sólo hay algo que no existe: es el
olvido". Abrir una gaveta y ser detenido involuntariamente por
pequeños guiños del pasado es la evidencia. Hay alternativa
diríamos como a diario pero queda aun la amnesia; claro, ella no
viene sola, ofrece siempre una puerta abierta al asalto de lo que
no pudo nombre; en un primer momento fue hormiga en la mano; ahíta
de rechazo y tiempo regresará batallón de desconocidos gigantes,
¿no es eso el mismo persiguir de la cola? ¿No estamos de nuevo en
el círculo espeso del continuar?
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No podemos cola, no continuamos, no hay olvido, no hay alternativa, ¿algo se asoma? Quien pueda ver que vea: somos camino. Nos queda el gesto congénito, fue barrido hacia el rincón pero se cree en El y refulge. Agotamos este lado, nos queda aun la otra mejilla. Como la garra es también nuestro gesto congénito, fue barrido hacia el rincón mas una mira y refulge. ¿Su brillo? "Los ojos más abiertos que el mundo". Quien pueda ver que vea: somos camino. Es lento, es de siglos pero ocurre, porta cuerpo de ya. Permitir. Rendirse al misterio. Dejar trabajar las circunstancias. Entonces, el giro de la cabeza, el borde, y allí: la muerte, el total desamparo, tu no poder, tu no saber. Y la vida: tu nacimiento, tu Unica certeza: nadie, nada puede; todos, todo juega. ¿La criatura? Niño, mano que todo toca y despierta.
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Restos. Ni huesos ni cenizas. Polvo, vibración en el aire,
palabras que resuenan:
-"...empecé a dividir a la gente entre aquellos que viven por
pasión y aquellos que no la tienen..." -Te rezo a Milan Kundera:
"Todos los idiomas derivados del latín forman la palabra
'compasión' con el prefijo 'com' y la palabra passio que
significaba originalmente 'padecimiento', (De allí que en estos
idiomas), querer a alguien por compasión significa no quererlo de
verdad. En los idiomas que no forman la palabra 'compasión' a
partir de la raíz del padecimiento sino del sustantivo
'sentimiento'... tener compasión significa saber vivir con otro su
desgracia, pero también sentir con El cualquier otro sentimiento:
alegría, angustia, felicidad, dolor. Esta compasión significa
también... la máxima capacidad de imaginación sensible, el arte de
la telepatía sensible; es en la jerarquía de los sentimientos el
sentimiento más elevado". La passio José Ignacio, el sentimiento de
telepatía ¿por qué hemos de padecerlo? ¿por qué no simplemente
sentirlo y trabajar con El?, ¿nos es necesaria la cruz para tocar
la gloria?. Lou-Andreas Salomé diría que no, era una femme, una
fuerza de la naturalez que es. Y todo es, ¿por qué la división?, la
palabra, José Ignacio, la palabra. Fromm no era poeta, escribía
pero no había amanecido para entender, para explicar, la ciencia,
para vivir la poesía. Rafael Cadenas, como tu decías, tu "mejor
poeta del universo, porque es mi poeta". En eso coincidimos,
parroquia, será. Un día ya no "moriremos en defensa propia" como te
dijo Ibsen, este ahora ya sabe, entonces ¿qué defender?,
pertenecemos y ya es bastante trabajo decir de ello. Que sueñes con
los angelitos, corazones de madre te bendicen.
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Rafael Cadenas. Con El JosÉ Ignacio no continúa pero nos entrega el salto, parece ser el trabajo de la muerte: afirmación por negación, conjunción por traspaso, camino por regreso. Su verso y su presencia de Arbol ha sostenido a no pocos. Como un auténtico religioso ha traspasado fragmentos, como orfebre con los fragmentos ha creado joyas. Así ha dado palabra a la sensualidad pura, aquella que precedió a barriadas y urbanizaciones; en su poesía ya no hay hombre sino un amante intransitivo, la vibración de el "país de la primera vez" en la previsión maravillosa de Andreé Chedid. Allí el país no es Venezuela, aunque el morar en la tierra de regiones se alimente, y a ella afortunadamente nos devuelva; hay universo, dermis, superficie de otro humano que no demanda polis sino una radical nueva hechura:
Enséñame, rehazme a fondo avívame como quien enciende un fuego.
la cuestión--vehículo de opinión universitaria
Editor-director: Eloy Cano Castro
Sirva el tradicional ambiente decembrino como pretexto para saludar y agradecer a todas las personas que han venido participando en la construcción de este medio universitario: autores, financistas, transcriptores, diagramadores, impresores, distribuidores y especialmente, a ustedes los lectores, quienes en el escenario de su actividad -sea ante candilejas, sea tras bastidores- estimulan, promueven y orientan la periódica elaboración de este "vehículo de opinión" que por vía impresa o electrónica seguirá llegando a ustedes durante 1996, año en el que esperamos gocen de salud; lo demás vendrá "por añadidura..."
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