la cuestión:

vehículo de opinión universitaria
23 de febrero de 2000, número 111

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Homologación Académica

Max Contasti (UCV/UNA)

En reciente declaración (El Nacional 16-02-2000) el Ministro de Educación, Héctor Navarro al comentar el proceso de Homologación Salarial, se refirió tangencialmente al concepto de Homologación Académica. Considero que este análisis, independientemente de la pertinencia y/o precocidad del paro del 15/02/2000, debe ser profundizado. La actual administración ha venido cancelando algunos compromisos heredados, por lo que es previsible que para julio del 2001 se haya completado ese proceso. Entonces tendríamos que preguntarnos ¿Qué de la Homologación Académica?

Un poco de historia. En 1982, el Ejecutivo propuso homologar entre las Universidades Nacionales, aspectos administrativos y salariales del profesorado; Sueldos, Primas por Hogar y Prima de Antigüedad de Profesores Ordinarios Titulares. Algunas Universidades, dado el menor rango jurídico de las normas CNU, cuestionaron la obligatoriedad de su cumplimiento. El caso llegó a la Corte Suprema y ésta determinó que las Normas CNU eran de obligatorio cumplimiento, tanto para las Universidades como para el Ejecutivo.

La homologación y actualización salarial basada en el aumento del costo de la vida se cumplió sólo formalmente; en efecto, entre 1983 y 1990, las Universidades y Gremios Docentes fueron manipulados y/o autoengañados en las discusiones con OPSU/CNU. Como prueba evidente de esta comprometida y delicada afirmación, haremos notar que en 1982 un Profesor Titular obtenía $ 3.400 como Sueldo Mensual, en cambio, para 1988 este Sueldo Mensual incluidas las primas por antigüedad acumulada, había caído a $ 900. En los actuales momentos se aproxima a $ 1300 y con 6 años de antigüedad como Titular a $ 1.500.

Para el año 2001, esperamos que el Ejecutivo haya cumplido con la Homologación Salarial, pero ¿qué sucederá con la Homologación Académica?. Nótese que entre 1982 y 1998 el Ejecutivo logró negociar -hacia abajo- la Homologación Salarial y, paradójica o interesadamente, se eximió de exigir una Homologación Académica, que primero correspondería para cumplir con la Ley de Universidades y segundo, que hubiese permitido mejorar los sueldos universitarios, evitándose el deterioro académico y aproximándose a la calidad y excelencia.

En la actualidad tenemos una marcada Heterogeneidad Académica en lugar de una Heterologación Académica. Recientemente OPSU/CNU, ha interpretado acertadamente que la experimentalidad es válida sólo para desarrollar innovaciones académicas, pero no para modificar -e invertir en algunos casos- estructuras fundamentales de la ley de universidades, que han sido obliteradas basándose en reglamentos e interpretaciones ad hoc. En 1992, la Magistrada Belén Rodríguez Landaeta dictaminó que a partir de 1971 no tenía vigencia y no era aplicable el llamado Reglamento Leoni de 1967. La Heterogeneidad Académica consiste y se manifiesta de múltiples y variadas formas , aquí comentaremos algunos de estos casos. Sin entrar a referirnos a los requisitos que impone la Ley de Universidades para acceder a los cargos de autoridad, que algunas instituciones cumplen y otras no, me he de referir únicamente a los aspectos académicos y salariales del profesorado.

  1. Para la Categoría de Agregado, en algunos casos se exige Título de Especialista o Magister, pero en la mayoría, sólo la Licenciatura o Equivalente .
  2. Para la Categoría de Asociado, en algunos casos se exige el Título de Magister, en muy pocos de casos el Título de Doctor y en general basta con la Licenciatura o Equivalente.
  3. Para la Categoría de Titular, en cuanto a los ascensos se presenta una situación similar a la de Asociado, pero adicionalmente se presenta una gran heterogeneidad a nivel de la Prima Antigüedad de Profesores Ordinarios Titulares. Se tienen casos como los siguientes:
    • a) En algunas instituciones no se cancela la Prima de Titular.
    • b) En algunos casos se le cancela tanto a los Profesores Ordinarios Titulares, como a Profesores Contratados que obviamente no son personal ordinario sino personal especial.
    • c) En algunos casos, a los Profesores Ordinarios correctamente se le cancela por la modalidad de aplicar el factor multiplicativo de la antigüedad a la Prima Básica CNU actualizada, pero diferencialmente a los Profesores Jubilados se les congela el monto para el momento de jubilación, más discriminativo aún, se calcula según una sumatoria de las Primas Básicas CNU de años anteriores, modalidad que fue derogada por la OPSU en 1990.
    • d) En algunos casos sólo se cancela a Profesores Ordinarios Titulares a Dedicación Exclusiva y/o Tiempo Completo y en otros se extiende ponderada y diferencialmente a Tiempo Convencional y Medio Tiempo.
    • e) En algunos casos sólo se toma en cuenta como antigüedad el tiempo transcurrido a Dedicación Exclusiva y/o Tiempo Completo, en otros casos se toma toda la antigüedad en la Categoría de Titular, independientemente de la dedicación.
En síntesis, toda Heterogeneidad o Heterologación que no esté razonablemente sustentada, creará asimetrías, generará ruidos y perturbaciones y en definitiva llevará a conflictos que trastornan la buena marcha de las Universidades, teniendo como efectos que se impedirá lograr la calidad y excelencia académica posible y necesaria. Concluimos que el Ejecutivo, CNU, OPSU, AVERU y Asociaciones tienen la palabra.


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¿Cuál autonomía, cuál democracia?

José Miguel Cruces (USR)

A propósito del cambio de autoridades en la UNEFM ordenada por Ejecutivo Nacional, el rector saliente dijo, según El Nacional (3-03-2000), que esta acción era algo así como: "una intervención de la universidad venezolana en la que el Ejecutivo trata de ponerle la mano a todas las instituciones y evitar por todos los medios que la comunidad elija sus autoridades. Es grave desde el punto de vista democrático y de autonomía universitaria".

No conozco nada de este profesor, pero es posible que sea un representante de algunos de los partidos políticos que, literalmente, ASALTARON (pusieron la mano, intervinieron) gran parte de las instituciones de la educación superior en Venezuela bajo la égida de uno de los prohombres de la educación superior nacional, y cuya universidad insignia ha sido la UDO. De no ser así, es decir, de ser un profesor honesto, trabajador, enemigo de componendas politiqueras, académicamente meritorio, respetuoso de la institucionalidad, con gran capacidad para la gestión del conocimiento, y además, poseedor de otras etcéteras relativas a calidad humana y moral universitarias, entonces -continuamos- la cosa es bien seria; el gobierno acaba de "meter la pata". De verdad que me gustaría que algún o algunos docentes de la UFM nos dijeran, por este medio u otro masivo, cómo es que es la cosa en esa universidad, honestamente hablando; qué tipo de universidad ha sido la UFM durante estos años, y qué tipo de gestión en pro de la UNIVERSIDAD (así, con mayúsculas) han realizado sus autoridades; me gustaría (y creo representar el deseo de muchos) leer una reflexión sobre este punto a la luz del concepto de universidad.

Debo admitir que la primera reacción que tuve, al leer las palabras del ex-rector, fue no creerle nada; pero resulta que lo estoy juzgando bajo la premisa de la gestión del rector y autoridades en general, de la universidad en la que hago (o intento hacer) vida académica. De ahí que mi juicio esté totalmente sesgado, y como tal, no es válido. Pero en fin, ese es mi problema.

"Tan buena" ha sido la UDO en esto de "parir" capacidades para la gestión educativa del país, que un nutrido grupo de ministros de educación vinieron de esa universidad; casi siempre luego de haber sido autoridades o miembros de esa Casa de Estudios; o lo que es lo mismo y dicho en términos que gustan los comentaristas deportivos: la UDO ha sido una verdadera "cantera" de dirigentes educativos de alto nivel. Por supuesto, es bueno aclarar que no es la UDO como universidad la responsable de semejante despropósito; en su seno se concibió el aparato ideológico y político para intervenir al resto de las experimentales, de lo cual desgraciadamente fue su primera víctima. Vale la pena volver a leer la exégesis que sobre de la situación de la UDO escribiera un amigo docente de aquella universidad, Jorge López Palma (véase este artículo).

El ex-rector de la UFM habla de democracia y de autonomía violentadas por el actual gobierno; pero sucede que en no pocas universidades estos son conceptos huecos, acomodaticios a los intereses de pequeños feudos políticos. Democracia sólo significa "escenario para realizar elecciones", elecciones casi siempre manipuladas, sufragadas por una comunidad docente cautiva del clientelismo; una comunidad en su gran mayoría mediatizada académicamente hablando. Asimismo, autonomía, según estos filibusteros de la academia debe entenderse como "libertad para hacer lo que les venga en gana" con los recursos materiales y financieros que da el Estado; libertad para intervenir los gremios; para disponer, con fines distintos, de los recursos financieros de las cajas de ahorro, de los fondos de jubilaciones, de la investigación; para hacer negocios con las empresas de seguros, o para "comprar" votos a través de ascensos administrativos. Todo lo que estoy relatando ha ocurrido en la Casa de Estudios que me sirve de locus académico, ante la vista cómplice de varios ministros y por supuesto, del CNU (y de la FAPUV). Es bien significativo que el "Claustro" de "mi" universidad se opone rabiosamente a que el Ejecutivo, responsable de administrar los fondos del Estado que financia tamaña sinvergüenzura, intervenga para evaluar y reestructurar esta Casa de Estudios. La gran lucha de mis colegas es, curiosamente, -y no sé si por similares razones- la misma que defiende el ex-rector de la UFM; la lucha es por "hacer respetar la democracia y la autonomía universitarias"; ¡que casualidad!

En consecuencia, ya va siendo hora de que reflexionemos, escribamos y discutamos en torno a los conceptos y praxis de la d-e-m-o-c-r-a-c-i-a y de la a-u-t-o-n-o-m-í-a bajo la definición misma de lo que es una UNIVERSIDAD; y particularmente una universidad en medio de la sociedad del conocimiento; en medio de un país del Tercer Mundo (tropical, para más señas); en medio de una necesidad infinita de un sistema educativo de excelencia (porque no hay otra vía para alcanzar el desarrollo), y asimismo, de una necesidad imperiosa de creación de una "cultura del trabajo productivo" que se oponga radicalmente a esta sociedad rentista que nos aturde, que nos ha idiotizado. Ya va siendo hora de que discutamos de la r-e-s-p-o-n-s-a-b-i-l-i-d-a-d de la UNIVERSIDAD para con la sociedad que la mantiene. Debemos dar respuestas a cuestiones tales como: ¿Son antagónicas la excelencia y la democracia en las universidades? ¿Cómo lograr que una alimente a la otra en lugar de negarse mutuamente? ¿Será que las autoridades de nuestras universidades experimentales (especialmente) deben ser elegidas por concursos académicos en los que incluso participen profesionales del exterior de esas universidades, y no por elecciones "libres" casi siempre manipuladas? ¿Existen realmente en nuestras universidades experimentales, líderes académicos (honestos) capaces de dirigirlas por la senda requerida en el momento actual? ¿De qué modo debemos hacer convivir la democracia y la autonomía con la "dictadura de la excelencia" sin caer en la tentación del fascismo académico? Por supuesto, hay muchas otras preguntas que requieren urgente respuesta; lo propio es comenzar a responderlas, o por lo menos a "rumiarlas" en el pensamiento, a reflexionarlas.


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¿Qué pasa en la UNAM?

Eloy Cano Castro

Aunque pareciera que esta nota va a tratar de dar respuesta a la pregunta que la titula, realmente de lo que se trata es de exponer esa interrogante con la optimista pretensión de que algún lector enterado y conocedor la responda.

Claro, dificulto que haya una respuesta -y menos aún una simple- para explicar nueve meses de huelga en una universidad, como la Autónoma de México, que tiene la magnitud de todas las universidades autónomas de Venezuela tomadas en conjunto y que produce la MITAD de la investigación publicada en México. Una huelga que finaliza por intervención de la fuerza. Un plebiscito, efectuado el 20 de enero cuya preparación deja empequeñecido el proceso de convocatoria y elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ver http://www.plebiscito.unam.mx). Un Comité General de Huelga constituido por grupos dispares, que terminan por ser considerados "moderados" o "ultras". ¿Un enfrentamiento entre posiciones principistas, por la gratuidad y el acceso general de la población a la universidad, por la privatización y la imposición del mercado, o simplemente para conseguir "otro poquito de poder"?

La otra orientación de la pregunta inicial se refiere a lo que ha pasado en Venezuela durante el conflicto -que no ha terminado- de la UNAM. Las informaciones concernientes han quedado relegadas a las columnas de "internacionales", sin que en las universidades nacionales se haya dicho ni esto ni aquello, como si lo que esté pasando en México no tuviese nada que ver con lo que pasa -y pasará- en Venezuela; como si se tratase de los problemas algodoneros de Uzbekistán, como si lo que se plantea en México no tuviese nada que ver con los manejos mercadotecnistas que se intentan aquí, como si no hubiese problemas universitarios en Venezuela, algunos de los cuales serían quién sabe si algo más que similares a los mejicanos.

Y ese es el problema. Mientras la preocupación del profesorado no exceda la quincena, la universidad quedará expuesta y frágil ante los peligros externos e internos que la acogotan.

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