Maracay, 4 de junio de 1997

la cuestión: 57

espacio de discusión universitaria

Contenido:


vive aún en las cosas sencillas
Aquiles Nazoa

Delia Barreiro Pérez

"Creo en la amistad como el invento más
bello del hombre, creo en los poderes
creadores del pueblo; creo en la poesía y
en fin creo en mí mismo, puesto que sé que
hay alguien que me ama"

Aquiles es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes poetas humorísticos venezolanos, quien supo hacer con el humor, con la chanza y la ironía, uno de los géneros periodísticos más difíciles de realizar.

Su fino humor lo expresó, por ejemplo en las noticias comentadas: He aquí una muestra:

Catorce días lleva Camatagua
sin una gota de agua.
Y en cuanto al pueblo en que yo vivo,
en Cagua,
allá tampoco hay agua.
Lo único que falta es que en Caucagua
también se vaya el agua.

También se burla de las crónicas sociales, haciendo noticias de tan fulminante brevedad como la siguiente:

El loro que compraron los García
dijo ayer su primera grosería.

Otra de las cosas que cae bajo la crítica sonriente de Aquiles es el habla de los venezolanos. En uno de sus poemas, describe a un inmigrante que se trajo de Italia una ametralladora en la maleta, porque había oído decir que en Venezuela había muchos animales; pero resulta que el problema es que aquí a todo el mundo se le llama o apoda, como animal:

Yo tengo un hermanito que es un tigre.
Regálame una locha, mi caballo.
La mujer de fulano es una zorra
y él un pájaro bravo.
Antenoche fui al cine con el Mono,
el Chivo Capote y con el Gato.

La crítica social, la lucha de clases, es muy a menudo presentado por él como conflictos entre animales. Aquí la diferencia entre un perro con pedigrí y uno callejero:

Mientras a él las mujeres
le ponen cintas, limpiándole los mocos,
tú, vagabundo, eres
-privilegio de pocos-
amigo de los niños y los locos.

Otro de los subgéneros practicado asiduamente por Aquiles es el del teatro para leer, que en su mayoría son caricaturas de obras célebres. Así por ejemplo, al levantarse el telón, sale el autor y dice:

Se ruega a los caballeros
que estén comiendo maní
que se quiten los sombreros
y echen las conchas allí.

O bien presentando un personaje:

Yo soy Toribia Pepilla
muchacha tan resignada
que me dan una nalgada
y pongo la otra mejilla.

Fue un trabajador incansable y variado. Desde dictar una charla sobre el juguete venezolano, pasando por "Cómo mirar un cuadro". Es el único poeta venezolano que ha hablado directamente a los desheredados, a los marginales y también a las clases medias, esas que tienen hoy un pie en el barro y otro en el primer peldaño de la escala social.

Aquiles Nazoa era un hombre que vivió como pensó. Su obra siempre coincidió con su comportamiento. La sencillez de sus palabras, el humorismo en su poesía, el entender y decir las cosas de esa manera tan costumbrista, y su arte de las cosas más sencillas, deberían siempre estar presente en los que pensamos que no está bien este mundo como está.

En este sentido y como todo gran humorista, es impresionante la forma de concebir su propia muerte:

Amor, cuando yo muera no te vistas
de viuda, ni llores sacudiéndote como
quien estornuda...
Y no grites amada, que te lleve
conmigo y que sin mí te quedas
como "tomo y obligo",
ni vayas a ponerte, con la voz
desgarrada a divulgar detalles de mi
vida privada.
Que aunque en nieblas de olvido
quede mi nombre extinto,
¡Sepa al menos el mundo que fui
un muerto distinto!

(Inicio de este número) (Página base de la cuestión:)


Vitrina desesperada

Aldo Colmenares

Por los pasillos corre un chisme según el cual el rector Patrana (USR), en reunión de directores de Núcleo, dejo escapar la expresión "los núcleos son monte y culebra". Cuestión que seguramente no es verdad y sólo fue una interpretación, un querer escuchar aquello. Pero no es importante, si no lo dijo mereció decirlo, esa es la angustiosa situación de la universidad. Los núcleos existen para justificar la asignación de un presupuesto, que debe ser gastado en una burocracia clientelar, tan grande como inútil para el interés de aquella. Tal burocracia tiene como principal objetivo el control de cualquier expresión opuesta a la línea rectoral y el de entrabar toda posibilidad de participación de los núcleos en las decisiones "mayores". Deben disminuir la posibilidad de "ruido" en los planes del rector, que sólo sirven a él, que nadie sino él conoce y que, evidentemente, no pertenecen a la universidad.

Esto provoca la depauperización de la institución, sobre todo en el hacer de sus núcleos, en la calidad de su personal. El dinero debe servir para aquel soporte clientelar y para los desconocidos planes del rector. En un simil de la economía, la de los núcleos es la situación de la actividad que ofrece baja rentabilidad y, por tanto, requiere ser cubierta con "mano de obra barata". Así, con profesores "homologados", que no se quejen por la pobreza de sus condiciones de trabajo, con estudiantes que pueden por "vía fácil" obtener las credenciales, sin quejarse de la "pobreza" contenida en tal acreditación.

Sin embargo, tal situación arrastraría al propio rector: una universidad que está siendo sumergida en la mediocridad se refleja en sus máximas autoridades. Por ello, nada mejor que buscar un escape sin tener que hacer el esfuerzo para cambiar la situación. Tal lo ofrece la creación de una vitrina, en donde todos puedan ver una universidad que sólo existe en la fachada.

Esta vitrina está allí: la propaganda reiterada en el discurso del rector de convertir a la USR en la universidad virtual. Aunque no haya pasado del acuerdo con una trasnacional de la informática (IBM), para dotar de equipos y sistemas, a quién sabe qué costo y, para completar la idea de un proyecto vendible al discurso de un ministro falaz, un acuerdo con el Tecnológico de Monterrey, para formar al personal -cuasi-jubilados premiados por su obediencia-.

Esta universidad no tiene cómo enfrentar este proyecto más allá de las oficinas donde se desarrolla el programa. El resto, los núcleos, viven en la indigencia, existen para justificar el presupuesto que gasta el "aparato" burocrático del rector. La vitrina está montada y habrá quien la utilice, quien esconda la cabeza en ella.

(Inicio de este número) (Página base de la cuestión:)


In(Fausto) momento

José Miguel Cruces

He querido emerger, sólo por un instante, del silencio en el que he decidido guarecerme. Ante el estruendoso apoyo docente a la gestión actual en la USR (por acción, y particularmente por omisión), una opinión como la que he mantenido hasta ahora se observa cada vez más destemplada; suerte de voz clamando en el desierto sin ningún eco o sentido aparente en un erial de principios y de dignidad. En el fondo, y recordando el evengelio, he optado porque los muertos entierren a sus muertos. No veo alternativas en el horizonte.

Sin embargo, luego de una visita obligada a uno de los centros administrativos de la universidad, he querido hacer un paréntesis y acercarme un poco a la descripción -un tanto metafórica- de una situación que ha ocupado mi atención. He percibido un grito ahogado de impotencia deambulando por los pasillos de aquel centro; una impotencia contenida por un miedo cuidadosamente cultivado. Voces echadas al viento como mensaje al mar con la esperanza de que alguien lo recoja y lo transforme en protesta. Es claro que no hay quien liderice el descontento; ha habido una dilución de iniciativas, ya por la compra de conciencias, ya por la atemorización inducida. Los gremios son una vergüenza. Hay un silencio que traspasa el rumor; un silencio cargado de compromiso con el régimen, propio de quien ha vendido su alma. Y es que no deja de ser cierto que el fantasma de Mefistófeles ronda las conciencias de muchos entre nosostros. Este personaje ha comprado a muy bajo precio, en el mercado de la medianía, de la insensatez y de la irresponsabilidad universitarias, a muchas de las almas que caminan con su carga de rumor; de allí su espacio, su éxito, su control, su confianza. Pero no creo que exista el valor para romper las ataduras; y no existe porque el valor supone principios que para el caso no se tienen.

No obstante, la cotidianidad atropella los sentidos más allá de lo tolerable. Las preguntas crecen como las sombras que siguen al atardecer; cada vez son más las respuestas que se precisan, por ejemplo: ¿Por qué el Servicio Médico, lo mejor que alguna vez tuvo esta universidad, se desmorona ante nuestros ojos y no hay un colectivo que diga nada? ¿Por qué la Caja de Ahorros es incapaz de cubrir elementales carencias de sus afiliados en mementos críticos, como se hace en otras universidades? ¿Por qué el gremio administrativo guarda un criminal silencio cuando permite que se atropelle a una madre afiliada al no garantizársele su derecho a ingresar a una clínica para tener a su hijo dignamente? ¿Por qué el gremio docente hace lo propio cuando se apalea y se despide a docentes en ejercicio por el simple hecho de mantener una actitud crítica y de rechazo a lo que consideraron la negación de la universidad?

¿Cuánto vale usted amigo lector? ... ojalá aún no haya vendido su alma.

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¿Ha muerto la crítica en la USR?

Tania Hernández

Apreciado colega, José Luis Yánez, a propósito de su reflexión acerca de la "reducción de la masa crítica" en la USR, permítame este breve comentario.

La cuestión que observo, es que no se trata de que la "masa crítica" se ha reducido (si se entiende por ello, el reducido número de profesores opositores al rector y sus seguidores), ya que, una persona con actitud crítica, no la pierde de la noche a la mañana. El problema tal como lo percibo, fue más bien de estrategia política.

Cuando un grupo decide asumir el papel de "vanguardia" tiene que, de alguna manera, crear "situaciones" para que la otra parte, en este caso, los que detentan el poder en la USR, se vean forzados a escuchar y aceptar las peticiones de ese grupo. La problemática del asunto está en que esto debe suceder en igualdad de condiciones de poder. Vemos aquí, una de las primeras limitaciones de este "grupo crítico"; tal limitación fue no tener la fuerza (el apoyo del resto de los profesores) suficiente, para contraponer los verdaderos intereses de la USR, a una directiva indolente frente a las necesidades reales de la universidad.

Ni toda la crisis por la que atraviesa la universidad, ni toda la crisis de legitimación que tendría en consecuencia, fueron transformados por la comunidad universitaria en intereses de cambio; muy por el contrario, las autoridades cada vez más se sintieron apoyados por esta comunidad; y el grupo de profesores "críticos" (que no conforma una masa, sino una minoría) consideró que estas "masas no críticas" no podían ser las destinatarias de un cambio, por lo tanto, al no haber portadores de cambio, no hay acción; y que esta acción, que puede ser orientada por un grupo minoritario, tiene que ser de interés de todos.

No es suficiente entonces, que sólo ese grupo minoritario asuma el papel de argumentador crítico, es necesario también mostrar la fuerza, es decir, la disputa debe hacerse explícita; pero para ello es necesario contar con el apoyo del resto de la comunidad, a través de denuncias, manifestaciones, asambleas, paros, etc., ya que, como diría Habermas "el consenso es conciencia colectiva insertada en la acción emancipatoria".

Discúlpeme amigo Yánez, si he confundido la "crítica" con la acción política, pero es que para mí la crítica sin acción, es panfleto que cae en el vacío.

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Breves de la USR

Héctor Freneites

El reclamo del editor es inclemente. Las Breves deben ser eso... breves...

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