la cuestión:

vehículo de opinión universitaria
3 de febrero de 1999, número 92
Contenido:


Breves Universitarias

Héctor Freneites

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Un año más

Aldo Colmenares

Con título de bolero podríamos comenzar una nota de rememoración -en mes de toma de posesión- del aniversario que celebramos, porque posiblemente es el bolero el que permite señalar las cosas ocurridas a velocidad de recuerdo: agradables viejos tiempos, cuando un profesor universitario era considerado respetable y el salario acompañaba tal hecho. También el bolívar se codeaba al dólar y el barril negro valía más.

Pero no, esta publicación comenzó precisamente para acompañar la prolongada queja de la actual situación, intentando además señalar cómo son evidentes los elementos y factores que acompañan el deterioro de estas instituciones. El mismo de afuera. El puntofijismo, como gustan decir los ahora triunfantes, también llegó aquí igual que a todas partes y esparció sus hálitos de podredumbre, haciendo mediocre cualquier actividad de las universidades, no importa cuán brillante sea el actor, la máquina institucional se ha encargado de hacerlo aparecer como todos los demás productos de ella: homologados. Tan es así que la heterologación (CONABA, léase: diferenciación por la calidad de respuesta académica), en su propaganda, parece ser sólo la carrerita de los "indiciados" para fotocopiar cuanto papel puedan reunir para sumar puntos y "ganar" más salario.

Bueno, será el desentusiamo que crea cualquier cosa que invente gente como la de FAPUV o cosa parecida. Fíjense que premiaban la acción gremial: ¡no han pegado una desde la asunción de Cárdenas!, y antes tampoco si observamos la situación del bolero inicial.

Pero no desanimemos. Lo dicho corresponde a la expresión de una realidad que parece moribunda por su poca capacidad de respuesta a sus propios problemas, mostrada en toda la historia de esta publicación, por su papel de memoria de tales hechos.

Estamos en medio de la euforia de una nuevo mandato y es posible que la onda expansiva arrastre a los del pacto aquél que inicio esta debacle. Claro, hay el temor de que ahora todos los dirigentes universitarios -incluidos los fapuveros- estarán en la onda de la constituyente para reformar lo que en 40 años ni entendieron. ¡Dios salve a la universidad! O, cuando menos Chávez.

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Constituyente y proceso de cambio

Gonzalo Pagua

Ahora que el proceso constituyente avanza y hasta ahora las trabas puestas por los sectores más conservadores han sido superadas -aunque éstos con seguridad continuarán presionando- se escuchan frases como "...yo también voy...no me puedo quedar afuera..."; es el decir de aquellos que se oponían y ahora como el camaleón, oportunistamente se quieren cambiar de piel. Está bien, así son los procesos sociales, como ha quedado demostrado, el agua del río tarde o temprano seguirá su cauce natural.

En este proceso que vivimos, por posibilitar el nacimiento de otro modelo de estado, con una concepción de ciudadano diferente al actual, los derechos humanos, el respeto, la solidaridad y el bien común deben ser los valores de su sustento. Nos estamos adentrando a una posible revolución cultural, se avecinan momentos de decisiones importantes; lo más dificultoso será comprender y asimilar a nivel de la estructura mental estos cambios, que implican modificaciones en nuestras relaciones cotidianas, en los procedimientos, en el modo de vida y de ver el mundo; lo que en el modelo de la Programación Neurolingüística se ha denominado "el mapa", es decir, la representación que hacemos los seres humanos de la realidad.

Un paso como el que se está dando en nuestra nación significa pasar de ser objeto a ser sujeto de los acontecimientos, supone observar nuestro modo de vida, consultar y asistir a un proceso de autoconocimiento, de autorresponsabilidad en la cotidianidad. Lo natural es la inminencia de la desaparición de lo antiguo y la aparición de lo nuevo. Son tiempos de reflexión, de acción y de ubicarse de cara a un futuro de esperanza humanista.

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¿Qué podría pasar en la USR, por ejemplo?

José Miguel Cruces

(Ver artículo anterior)

Para nadie es un secreto que el actual rector ha establecido un clima represivo sin precedente conocido en la USR. Este clima y el culto a la personalidad implícito a su gestión, son hechos ajenos al concepto de universidad, por lo cual este rector y todos los que le acompañan en su accionar (más o menos un ochenta por ciento de los docentes, si nos atenemos al apoyo electoral) desconocen real o interesadamente lo que es un centro de educación superior de esta categoría, en cuyo caso cabría una primera pregunta: ¿es realmente la USR una universidad? El Dr. Pastrana ha convertido la USR en una suerte de bunker particular desde donde ha venido haciendo literalmente "lo que le ha dado la gana". Es cierto que la USR, a lo largo de toda su vida académica no ha sido precisamente un dechado de excelencia (como de hecho lo exige su definición) y en esto las anteriores autoridades tienen su cuota parte; sin embargo, nunca se había visto un gobierno tan desproporcionadamente despótico y manipulador como el que actualmente presenciamos.

El Dr. Pastrana sabe manejar el poder con incuestionable voracidad, empero, es presa del mismo poder que tanto cultiva y necesita. El Dr. Pastrana necesita controlar todo, absolutamente todo y ese es un rasgo de una persona absolutamente insegura. La atemorización es una de sus mejores armas la cual utiliza con no menos soltura y esto también dice mucho de su inseguridad por aquello de que quien se siente seguro de sí no requiere obtener respeto por vía del miedo. Para Pastrana el poder tiene forma de látigo cuando así se requiere y ello le ha dado muy buenos resultados; indudablemente, es un hombre sin muchos escrúpulos. Y ¿de dónde le viene tanto poder al Dr. Pastrana?

Por supuesto que este poder lo fue adquiriendo en la medida en que se lo fuimos dando. Todos, sin excepción, todos, somos copartícipes del poder excesivo que ha detentado el señor rector. Y es bueno recalcar que este poder lo ha tenido sólo el rector porque el resto de las autoridades han sido -triste es decirlo- figuras decorativas, monigotes con disfraz de autoridad universitaria. Es cierto aquello de que nadie obtiene un poder de la nada. El Dr. Pastrana vino, vió y venció, para decirlo con las palabras de César al senado romano; se “metió en el bolsillo” (serían las palabras criollas) a la mayoría de los docentes de la USR, y es allí en donde baso mi argumento de que no hemos tenido (como colectivo), mucho valor como universitarios. De otra parte, y esto es bien importante, se adueñó (literalmente) de los gremios de la USR, con particular énfasis del gremio docente (esto habla muy mal de los directivos). De modo que no hay, democrática e institucionalmente hablando, nada que lo detenga en sus planes. Se le ha dado un poder omnímodo, ilimitado, algo así como “poderes especiales” permanentes. La gran mayoría de los docentes (otra vez es triste decirlo) no tenemos mucha moral para criticar al rector.

Pero este hecho desdice de muchas cosas. En primer lugar, de la condición de universidad; no puede manejarse un organismo como éste, bajo un criterio de autocracia: la universidad, en alguna forma es una república del pensamiento en la que caben y fluyen muchas ideas; y esto no puede ser manejado (por definición) bajo preceptos dictatoriales; la única dictadura que cabe en una universidad es la de la excelencia. El doctor Pastrana ha venido haciendo cualquier cosa, pero nunca (y él lo sabe muy bien), una organización de excelencia. Y no lo hace porque en lugar de gestionar el conocimiento, como se lo exige una Universidad, gestiona insumos con fines distintos a la producción, creación y recreación de dicho conocimiento.

De manera que lo que hay que hacer en la USR, con Pastrana o sin él, es propiciar la excelencia en un ambiente democrático. Pero ¿es posible eso? Por supuesto que es posible.

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Universidad sin Cultura, ni Profesores..

Rómulo Orta C.

Desde el Rectorado de la UCV, el Profesor Trino Alcides Díaz ha venido aplicando, de un modo progresivo, medidas destinadas a excluir al profesorado ucevista (es decir, a los que ingresan según los mecanismos previstos en la Ley de Universidades y el Reglamento del Personal Docente y de Investigación de la UCV) de la conducción de áreas fundamentales de la vida universitaria. El inicio de semejante aplicación comenzó en la propia Coordinación del Rectorado, siguió con la Dirección de Bibliotecas y ahora le tocó a la Dirección de Cultura.

No es por casualidad que la Ley de Universidades, tanto la de 1958 como la reformada en 1970, contenga un articulado específico que regula y orienta el desempeño de la Dirección de Cultura y la Dirección de Deportes. En lo particularmente referido a la Dirección de Cultura, aquella Ley proporciona dos indicaciones muy claras. Por una parte, señala que las actividades de esa Dirección tienen que contribuir con la formación académica y científica de los estudiantes universitarios; y por otra parte, habla de que el Consejo Universitario designará una Comisión de Cultura integrada por Profesores y Estudiantes para que junto con el Director de Cultura diseñen las políticas culturales de la Universidad.

Recientemente, el Rector Trino Alcides Díaz procedió a nombrar un Director y una Subdirectora de Cultura que no garantizan que las antes aludidas disposiciones de la Ley de Universidades se cumplan en ese espacio fundamental de la vida universitaria, debido a que tales designaciones no recayeron en miembros de la comunidad docente de la UCV, sino en personas muy alejadas del acontecer académico, sin mayores vínculos directos y extendidos hacia todo el conjunto de la vida universitaria, desconocedoras de la oferta electoral que en materia cultural se le presentó en 1996 al Claustro Universitario.

La UCV está otra vez transitando por los caminos de una Dirección de Cultura convertida en Agencia de Espectáculos, Festejos y Turismo, sobre todo para privilegiar a alguno que otro grupo millonariamente favorecido con frecuentes tours al extranjero, una especie de "cultura" sin corazón ni alma para la creación y que desestima la expresión de los plurales valores culturales propios de la UCV, a pesar de la muy rica y variada vida cultural desplegada por numerosos y diversos grupos no relacionados con la Dirección de Cultura -las más de las veces no aceptados, ni reconocidos-.

La UCV requiere de un Director de Cultura que corrija profundamente las desviaciones que crónicamente muestra el funcionamiento de los grupos pertenecientes a la DC, que logre asociar sus consabidos y tradicionales feudos artísticos con las otras realidades culturales de nuestra Universidad. No podemos seguir aceptando que el Orfeón Universitario -tan prestigioso y admirado- no conviva estrechamente con las manifestaciones corales de las Escuelas y Facultades, que el Teatro Universitario no recobre su esplendor y vitalidad de épocas anteriores, que la Galería de Arte mantenga sus criterios y posturas pretendidamente elitistas y, en realidad, excluyentes de nuestros artistas plásticos (profesores, alumnos, empleados y obreros), y que Academia, Ciencia y Cultura no sean una unidad dentro de la diversidad. Allí, en la Dirección de Cultura actúan algunos grupos duramente organizados para obstaculizar la presencia profesoral en la conducción y orientación de la vida cultural de la UCV, inclusive en contra de la muy buena disposición y amplitud de otros grupos de esa misma Dirección, creyentes en otra concepción distinta sobre lo que es una comunidad universitaria y lo que debe ser una política cultural abierta, plena y diversa.

El Rector Díaz dispone de un importante programa de gobierno universitario para el período 1996-2000, contentivo de orientaciones muy precisas y viables para la Dirección de Cultura, así como también para todas las demás áreas de la organización y dinámica ucevista. En la elaboración de ese programa universitario participamos varios docentes de la UCV. Ese programa le fue presentado al Claustro Universitario en las elecciones rectorales de 1996, recibiendo el apoyo mayoritario del mismo; en alguna medida pudo ser desarrollado entre 1996 y 1997. Sin embargo, el Rector Díaz fue con el tiempo descartando sus compromisos con el Claustro.

El Consejo Universitario debería ejercer funciones contraloras respecto a las más recientes designaciones que realizó el Rector, en especial de aquellas que excluyen al profesorado ucevista de responsabilidades directivas en la UCV. Como es el caso, entre otros, de la Dirección de Cultura.

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Nota editorial: Cuarto Aniversario

Eloy Cano Castro

El primer número de La Cuestión apareció el 1 de febrero de 1995, así que con este número arriba a su cuarto aniversario. Los más recientes avances editoriales son los siguientes:
  1. En esta página la innovación más notable es la posibilidad de hacer búsquedas en todo su contenido, gracias a una sugerencia del reconocido internauta Jorge Gómez Jiménez. Por otra parte, se ha remozado la presentación de la página, que ahora incluye además de todos los números publicados (del 1 al 92) algunas secciones que están en elaboración y que requieren la colaboración de los lectores.
    • Enlaces universitarios de Venezuela: se plantea recoger en esta página referencias no sólo a las universidades sino a sitios específicos en ellas o bien referencias a sitios que traten asuntos universitarios; para ello agradecemos nos envíe las direcciones internéticas de su preferencia.
    • Concepciones de universidad: esta página -ya disponible, aunque todavía incipiente- pretende reunir escritos sobre universidades que por su naturaleza -o longitud- no tendrían cabida en la publicación periódica; artículos, ensayos o reseñas de libros pueden disponer de este espacio.
  2. Versión impresa: con miras a liberar un poco las limitaciones inevitables en la distribución de la edición impresa de La Cuestión; la ofrecemos a quien esté interesado en una modalidad que puede ser enviada por correo electrónico y posteriormente impresa localmente o leída en la pantalla del receptor. Actualmente, esto se logra con un archivo imprimible autoejecutable de aprox. 80 K. (formato eDOC para Macintosh). Próximamente esperamos poder disponer de un formato multiplataforma (PDF).
  3. Lista de discusión: un espacio paralelo a esta publicación y abierto para la discusión de temas universitarios, que está funcionando -por gentileza de Reacciun- desde agosto de 1998. Para formar parte de este foro, simplemente envíe un mensaje a majordomo@reacciun.ve, sin "subject", incluyendo en el cuerpo del mensaje "subscribe la-cuestion-l" (sin comillas).
  4. Publicación electrónica (correo-E): esta versión -con mucho la más popular- recibida por una buena parte de la comunidad universitaria nacional, ha publicado en estos 4 años más de 350 artículos originales sobre diversos tópicos de interés universitario. 
Finalmente, para que este sea un feliz aniversario, deseamos recibir comentarios y críticas sobre la forma o el contenido de cualquiera de las variantes de esta publicación.
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