Notifican de cierto revuelo que viene de la publicación de un libro titulado provocadoramente Le français ne vient pas du latin! (el francés/ español/ portugués/ italiano/ rumano no viene del latín), con el subtítulo Ensayo sobre una aberración lingüística ; o sea, ya van dos provocaciones.
El autor es Yves Cortez, y el plantemiento que da sustento a la idea de que ninguna de las lenguas romances deriva del latín se puede deducir de unas pocas ideas que se han ido difundiendo y también de un blog -con pocas entradas- que mantiene.
El asunto es interesante; yo mismo hace tiempo me preguntaba (sin obtener respuesta) de dónde salieron los artículos -el, la, los, un, unos, etc-; y esa es una de las cosas que pretende explicar Cortez.
Dice que las lenguas romances son más similares entre sí que con el latín; postula que el lenguaje que dió origen a todas ellas es el “italiano arcaico”, que sería un idioma contemporáneo del latín, pero no derivado de él. No me queda claro cuál es la diferencia entre este italiano antiguo y el latín popular o “bajo”.
La verdad es que hay algunas lagunas en eso del latín como lengua-madre: las lenguas romances perdieron declinaciones, ganaron artículos, forman los plurales de manera distinta, y dice también Cortez que perdieron adverbios y conjunciones. Estaremos pendientes de los acontecimientos, creo y espero que los eruditos darán respuestas a esta idea y esa discusión ha de ser muy sabrosa; también habrá que esperar a que aparezca el libro traducido, porque lo que es el francés no es muy legible, por más lengua-hermana que sea.
En primera instancia, considero digno de estudio el planteamiento de Cortez, el único resquemor que me queda es que viene en plan provocador y, ya se sabe,los provocadores son una plaga, menos mal que en este caso es sólo intelectual; le encantan las frases como Toda la etimología es falsa , y El latín era lengua muerta ya en el segundo siglo a.C. , frases que sólo se justificarían si su planteamiento fuese cierto.
Actualización mayo 2008:
Comenté arriba la idea planteada por Ives Cortez: que las lenguas romances no derivan del latín sino de una lengua hablada en Roma que él llama ‘italiano antiguo’. En una nota algo más reciente de su blog recula un poco, porque ahora dice que el latín no sería una lengua artificial como había propuesto, sino que el latín y el italiano antiguo serían idiomas contemporáneos y que se desarrollaron en paralelo por siglos.
Dice Cortez que hay dos fuentes principales para la historia temprana de Roma: Tito Livio y Denis de Halicarnaso; casualmente, hay escaso material sobre el segundo, y sobre el primero apenas si conseguí la traducción al inglés de la Historia Romana en el Proyecto Gutenberg, al menos completa (y es larguísima). No encuentro explicación de por qué no hay en Internet una traducción al español de las obras de Tito Livio… (no sé si será un argumento a favor de Cortez que se requiera traducir el latín).
El caso es que leyendo los primeros capítulos de la historia contada por Tito Livio hay allí elementos de fusión entre pueblos distintos, comenzando por la llegada (mítica o no) de Eneas desde Troya a la cuenca del Tíber y su encuentro con la gente asentada previamente, cuyo jefe tenía por nombre Latinus.
La historia es bastante enrevesada, después que los troyanos pelean con los latinos, se alían y el cuento continúa hasta la creación de la nueva ciudad por Rómulo (no Remo), en la colina Palatino que por cierto ya estaba habitada en esa remota época.
Cortez extrae varias citas de Livio que aparentan mostrar una división, unas veces más notoria que otras, entre el pueblo que se llamaría romano y llega a la preconclusión de que la división se mantuvo todo el tiempo y que la diferencia entre el latín y el viejo italiano o romano, se reflejaría en la propia división social de patricios y plebeyos; el latín se terminaría convirtiendo en el lenguaje de la élite, lengua escrita, y el romano sería el verdadero antecedente de las lenguas romances.
Claro, todo esto es suponiendo que entendí algo de lo escrito por Cortez. Seguiremos pendientes…