Dice aquí que Nobuo Masataka, un investigador ¿japonés?, después de diez años de estudios en dos grupos de monos detectó que “hablaban” diferente. Un grupo de la isla de Yakushima, y el otro de la misma procedencia pero enviado al Monte Ohira en 1956.
La diferencia -dice Masataka- es de 110 herzs en el tono, más alto en el grupo isleño porque los árboles son más grandes y deben compensar ese bloqueo forestal.
Pero de ahí a plantear que los ‘acentos’ del lenguaje y que esto “puede dar una pista para el origen del lenguaje humano” como que hay una distancia tan grande como de Yakushima a Ohira.