vehículo de opinión universitaria, 31 de julio de 1996, número 38
Contenido:
Delia Barreiro Pérez
El ensayo en el contexto de comienzos del romanticismo en hispanoamérica fue cultivado por los autores en diversas formas como el tratado, la memoria, el discurso, el artículo periodístico, el prefacio, la autobiografía, la biografía, etc. Este conjunto tan heterogéneo nos obliga a enfrentar cuestiones aún no resueltas por la crítica especializada.
Sin entrar en la historia del género, se puede decir -con palabras de Miliani- que el ensayo como manera de expresar un mundo a través de las ideas, con valor expositivo muy personal y variable, preexistió a su nombre, o como lo señaló Bacon "la palabra es nueva", pero el contenido es antiguo."
En este sentido, los teóricos europeos admiten su existencia antes de Montaigne; sin embargo en Latinoamérica se decreta su nacimiento con los grandes maestros de la modernidad intelectual: Martí, Rodó, Montalvo, González Prada... Entonces habría que preguntarse ¿dónde quedan Simón Bolívar, Andrés Bello, Esteban Echeverría, Simón Rodríguez, Fermín Toro?, sólo por nombrar algunos; habría que realizar una revisión conducente a elaborar un cuadro más ajustado y justo de este tipo de literatura.
El ensayo en América Latina debe ser considerado como la voz de la conciencia del hombre sensible ante su historia; que en los países iberoamericanos la resonancia del ensayo se escucha desde sus inicios en la lucha ideológica por la independencia o a la búsqueda posterior de la propia identidad.
Pasada la anarquía y en cierta forma el caudillismo, así como la pasión de los románticos, surge con los pensadores modernistas un deseo de consolidar la autonomía conquistada. Se tiende al esfuerzo de la defensa de la libertad, de estabilizar ciertas instituciones y estudiar aquellos elementos idiosincráticos que configuren, al menos en su inicio, lo que sería característico de lo hispanoamericano.
Sin embargo, hay que establecer algunas consideraciones, tal como el señalamiento, entre otros, de Concejo, quien expresa de manera categórica que para hacer reflexionar, expresar un mensaje y despertar a sus contemporáneos, debe ser un autor maduro; he ahí uno de los prejuicios: la edad del ensayista.
En efecto, son numerosos los autores que hacen aseveraciones como las de DIaz Plaja: "el ensayo es el resultado de un análisis de los datos recibidos desde la soberanía del yo pensante...", el ensayo pues, género difícil porque es un género adulto.
Es así como entonces estaríamos frente a la condición de "menores de edad" en materia ensayística en América Latina. En este contexto ¿cómo se explicaría que José Martí escribiera un ensayo como Madre América (1889) teniendo apenas 36 años, o que Fermín Toro, a los 31 años escribiese Europa y América (1939), o Rodó su obra maestra Ariel (1900), con tan sólo 29 años?
Es pues veraderamente contradictorio señalar que para hacer ensayos hay que ser maduro, pues los casos señalados anteriormente -sólo por nombrar algunos- tendríamos que explicarlos como lo señalaba Miliani, con aseveraciones como: "El trópico madura rápidamente a sus ensayistas" o también que "nuestra inmadurez está presente en lo mejor de la reflexión sobre nosotros mismos." Concluiría entonces diciendo que estamos muy lejos de haber leído la Ultima palabra, aún hay muchas cosas que precisar y mejorar con respecto al ensayo en general y particularmente con el referido a Latinoamérica.
Dora Andara
No nos realizamos nunca.
Somos un abismo que va hacia otro abismo
un pozo que mira al Cielo
Fernando Pessoa
(continúa...)
José Luis Yánez Andrade
Varias instituciones de educación superior en Venezuela complementan sus necesidades financieras a través de varias formas.
La UCV es un buen ejemplo; presta una serie de servicios, además de la venta de diversos insumos. Adicionalmente tiene una zona rental en Caracas con una organización encargada de administrar estos beneficios económicos.
En el país hay otras experiencias: la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ) es una de ellas. Esta casa de estudios, desde el inicio de sus funciones fundó una empresa, llamada Rental de la UNELLEZ, Reunellez. Esta organización contrata trabajos de investigación en el campo de la ciencia y la tecnología, compra y vende ganado; tiene una unidad de producción pecuaria en los módulos de Mantecal. Este conjunto de actividades le permiten cumplir con el objetivo para el cual fue creada.
En la USR tenemos también una fundación, de muy poca proyección, hasta el punto que era una especie de cadáver insepulto. A través de una comunicación de la Subdirección de Administración del Núcleo Maracay, nos hemos enterado que esta institución ha vuelto a la vida, pero esta vez para administrar los beneficios de una rifa, que esa misma entidad administrativa promociona.
La Fundación Simón Rodríguez no está demostrando talento para generar ingresos a la institución. Los organizadores y administradores de la actividad lúdica, y las propias autoridades de la USR están promocionando una fuente de ingreso que no es producto del trabajo, en otras palabras: la riqueza no trabajada. Por otra parte, están demostrando que no tienen imaginación para conducir una organización de esta naturaleza. No se quiere ver el recurso humano con que cuenta la institución, con una planta de profesores de una formación profesional diversa; con lo que se puede ofrecer servicio a la empresa privada. Al igual que la generación de insumos a través de políticas de investigación y extensión.
Con la anuencia de las autoridades, se está promocionando la universidad pedigúeña. Ya en los núcleos de Palo Verde y Los Teques, se pide una colaboración de mil bolívares por estudiante al momento de la inscripción; esta figura se va a implementar en toda la universidad.
Las autoridades encabezadas por Andrés Pastrana como rector, no se atreven a sincerar los aranceles ya que manejan la tesis que tiene un costo político muy alto, como es la pérdida de las elecciones de los candidatos oficialistas en el venidero mes de noviembre. Prefieren la salida hipócrita de pedirle "colaboración" a los estudiantes y la compra del número de la rifa. Las autoridades no dan el mejor ejemplo con la promoción del juego institucionalizado; no es lo que el país reclama de sus universidades.
(viene de número anterior)
Aldo Colmenares
Una concepción económica que no considera espacio ni tiempo entre sus variables no necesita cambiar o adaptar su modelo, sus esquemas. Es invariable para cualquier momento histórico o lugar del mundo, porque convierte todo lo que había hasta su llegada en "atrasado", lo "tradicional" se hace inútil para el "desarrollo". Simplemente hay que despojarse de tiempo y espacio vividos y convertirse en el "mismo" público de cualquier otra parte del mundo. Algo así como un usuario de "Mc Donald's" pero para todas las actividades. Las soluciones las imita de los "sitios" donde el desempeño económico ha sido "exitoso", en el momento en el que ha ocurrido. Por eso la concepción de receta F.M.I.
Para Venezuela el diagnóstico, tal como lo señalamos en número anterior, se apoya en que hemos tenido una "bonanza" inmerecida y no la hemos usado bien, lo que impidió que aprendiésemos que la riqueza sale del sacrificio; ahora debe ocurrir tal aprendizaje. El Estado debe reducirse al mínimo posible, cumplir su labor controladora, dador de servicios básicos y dejar el manejo del resto a los "privados", produciendo un fuerte apoyo a la construcción de este tipo de riqueza. Pero sobre esto hablaremos más adelante, hoy quiero referirme a la situación previa que muestra el nuevo "paquete": abatir la inflación. "Hay exceso de liquidez en la calle", diría un economista. Debemos detener la posibilidad de comprar, ofreciendo ventajas al ahorro, pero también bajando el consumo -del asalariado, podemos agregar-. Claro que los 2 millardos de bolívares de "auxilio" financiero fueron necesarios, inflaran lo que inflaran. Si nuestros bancos no son solventes, los créditos e inversiones internacionales no vienen. Otro problema relacionado es el del régimen de prestaciones sociales, que en su modalidad de cuasi- indexación a futuro, pone a temblar a los empresarios: es un grave pasivo, que hay que convertir en ahorro de inversión. Como ocurre en Chile, por ejemplo.
Al respecto, luce llamativa, por amargamente irónica, la verdad contenida en estos señalamientos: si los trabajadores del Estado venezolano estuvieran empleados en empresas productivas, que exportaran lo producido en forma competitiva e importaran lo que necesitamos, el consumo de los asalariados no sería inflacionario. Pero para ello se necesitan varias cosas que no están al final del ajuste: se requieren empresarios que emprendan, ¿o es que hasta ahora ellos no participaron de la bonanza?, ¿en qué economía fundaron la construcción de su riqueza?. Es alertante la quiebra del Consorcio CORIMON, por cuestiones como, según reseñO la prensa, el que sus accionistas, antes de apuntalarla por el fracaso de las inversiones hechas, prefirieron comprar dólares de la fiesta financiera más reciente e irse a banco seguro. Siendo este otro hecho requerido: se necesitan banqueros confiables. ¿Por qué si los inversionistas, propios y extranjeros, no confían en los bancos y los mecanismos de inversión, nosostros debemos hacerlo para las prestaciones sociales?. Pero aun más grave, ¿es que acaso han cambiado los que diseñaron la política por donde se ha concluido en tan fuerte crisis?. Veamos un ejemplo, el Sr Presidente y el Sr. Ministro Petkoff (cuando candidatos) han ofrecido una posibilidad de cambio soportada en racionalidades de mayor cercanía al venezolano; ambos, presidente y ministro, estuvieron durante un año con la posibilidad de diseñar la nueva situación, pero no se presentó, lo agudo de la crisis dirían. También ambos requieren de algo esencial: el presidente, de un soporte político para terminar su mandato y dejarle piso a sus hijos; el ministro, regresar de entre los muertos de la política nacional ¿y ser el candidato de los no AD?. Por ello resulta más sencillo repetir el "paquete", pues al fin y al cabo es una receta, que sufren los demás, y si estamos en crisis ¿no vale la pena hacer un nuevo intento?. Alguien agregaría, ¡ahí vienen los dólares!.
José Miguel Cruces
Recientemente escuchaba un programa radial en el que se mencionaba una anécdota del General Carlos Soublette, relativa a tiempos cuando este guerrero de la independencia ejercía la Presidencia de la República.
Se cuenta que un actor de teatro devenido en dramaturgo escribió una obra en la que hacía críticas y burlas a la persona que ocupaba la máxima magistratura. Enterado de este hecho, el presidente llamó al actor y le pidió que le leyera el libreto de aquella obra. Una vez oída la versión, Soublette le dijo algo más o menos así:
-Mire señor, la verdad es que yo creía que la cosa era más grave. Puede usted estar seguro de que la República no se va a perder porque un venezolano, u otra persona, critiquen o se burlen del Presidente; la República se perderá cuando el Presidente se burle de los venezolanos.
--la cuestión--número 38--Maracay, 31 de julio de 1996--
Editor: Eloy Cano Castro- eloycanocastro@gmail.com
--el próximo número (39) aparecerá en septiembre--
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