Había tropezado con esta impactante imagen de monstruo marino en la pared de un museo, sin contexto ni conexión por cierto al propósito museístico, así que la curiosidad me obligó a encontrar su procedencia.
Se trata de una muy popular figura de un cachalote realizada por Johann Anderson (1674-1743) quien además de ser abogado y por años alcalde de Hamburgo también se dedicaba a recopilar noticias de Islandia, Groenlandia y el norte en general, sitios a donde nunca fue. Apuntó sus observaciones o testimonios en el libro que fue publicado unos años después de su muerte, que incluía también un vocabulario Inuit además de toda la información sobre narvales y calamares gigantes.
Das Lufftloch que aparenta ser el título de la imagen es simplemente el nombre del espiráculo, una de las características más llamativas de este inmenso cetáceo.
Es difícil hablar del cachalote -más aun un cachalote antiguo- sin aludir al famoso animal albino protagonista -según he oído- de Moby-Dick. Y digo “según he oído” porque en la lista de los pocos libros que he comenzado, Moby Dick resalta como el único que no concluí a pesar de haberlo intentado un par de veces. Y fue mucho, es un ladrillo denso, que no justifica la fama que tiene, en fin.
Y esto es sorprendente porque una simple visita a la página de Wikipedia (que no es precisamente Literatura ni lo pretende) del susodicho Physeter macrocephalus es apasionante, tanto por su distribución geográfica como por su peculiaridades anatómicas y la historia de su caza y utilización, sin soslayar las divertidas etimologías que ofrecen en cada uno de los idiomas de la wikipágina en cuestión.
Celebremos la existencia de compiladores como Anderson y los wikiautores que permiten disfrutar de esas cosas tan lejanas y además subacuáticas de las cuales difícilmente tendríamos noticia de otro modo.